CAMBIAR PARA SER FELIZ
En14 septiembre, 2019 | 0 comentarios | Esparcimiento | Etiquetas:

Siempre que ingreso al internet me encuentro anuncios sobre métodos que prometen convertirte en una persona feliz…Pero, ¿Qué es la felicidad para mi o para ti? ¿Quién podría definirla mejor? Al entrar en contacto con todos los autores de estas fórmulas milagrosas encontré un punto coincidente. La felicidad no siempre es tener mucho dinero o éxito profesional. ¡Gran descubrimiento! Acto seguido, proponer el mejor camino, que será aquel que se amolda a tus zapatos. Para emprendedores como Alex Berezowsky, Fili Santillán y Matías de Superhábitos, la felicidad es encontrar una vida sin ataduras a un jefe y, la solución es tener tu propio negocio. En cambio, para gente como Marisa Peer, Alexander Wilson y Natalie Nedwell, lo importante es terminar con ataduras que se generaron en tu pasado para que puedas vivir plenamente en el presente.

El grupo de los emprendedores señala que, para sentir satisfacción plena, tu negocio debe solucionar el problema de alguien con un tema que te apasione… ¡Buena combinación! En este caso hay que enfocarse en encontrar cómo tu pasión puede ayudar a la gente. No es fácil, pero tampoco imposible.

Por su parte, el grupo que cuida más del niño interior herido, enfatiza en el hecho de que debes dejar ir todo lo negativo que te ha pasado. Mediante una serie de hipnosis, tratan de guiarte hacia un sendero en donde tu empoderamiento terminará por generar una vida llena de satisfacciones personales, profesionales, familiares y espirituales…. ¡Suena maravilloso! Con buena disposición puedes lograr mejorar varios aspectos de tu vida.

Ahora la pregunta es ¿Cómo empatar todas estas guías a tu diario vivir? ¿Qué sentido le daría esta información a tu realidad?  ¿De dónde estás partiendo? ¿A qué edad has decidido dar un giro a tu existencia? ¿Cómo sabes si la inquietud que tienes es derivada de la necesidad de un cambio? Hay miles de preguntas que surgen respecto a si nuestro vivir nos da una felicidad plena.

Para mí, la felicidad es más que un concepto o una imagen idealizada por los diferentes medios de comunicación. Aunque parezca increíble, habrá personas que encuentre pasión y felicidad en un medio laboral estresante. Otros pueden encontrar una vida gratificante en el silencio de una habitación. Habrá quién defina la felicidad en término de reuniones sociales o de una familia funcional. Otro grupo considerará que la felicidad es poseer espiritualidad. Aunque también hay quienes señalan que para ser feliz debes tener equilibrio entre trabajo, familia, amigos, espiritualidad, dinero y tiempo para ti mismo.

Somos un mundo tan diverso que no es tarea simple globalizar a la felicidad. Por lo que, tu bienestar será lo que tú quieras que sea y no una idea preconcebida y llevada hasta ti en un paquete.

Si lo que vives diariamente te hace sentir genial ¿por qué tendrías que cambiar? Aunque para algunos sea una extraña forma de encontrar el placer de la vida. La situación se torna distinta si al despertar cada mañana sientes un extraño pesar y todo por lo que te esfuerzas se siente como un lastre. En ese caso, la prudencia dictaría examinar la posibilidad de hacer modificaciones a tu rutina…Y, ¿Quién podrá ayudarnos a salir de esa maraña? Lo mejor de este lío es que el principal sanador de nuestros desajustes emocionales somos nosotros mismos. De nada sirven los cursos, los consejos, el apoyo de familiares y amigos, si no estamos dispuestos a dar un paso decisivo para encontrar nuestra ventura.

¡Menudo lío! ¿Cómo voy a saber si estoy procrastinando o ya he comenzado con el cambio que tanto necesito? Lo primero es comenzar por dejar de pensar en lo que los demás pensarán de ti o de lo que haces. La gente siempre expresará su punto de vista y eso es maravilloso porque te permitirá desarrollar facetas nuevas.

Yo había vivido con muchos límites, porque anteponía la opinión de los demás.  Cuando tuve en mis manos mi novela “La Piedad de Caro” fue como una oleada de emociones encontradas. Por una parte, me sentía feliz por lograr la edición de mi novela, porque representa mi empeño y mis anhelos de comenzar una nueva etapa de mi vida. Sin embargo, también se asomaron los sentimientos de vergüenza y miedo al hecho de que mis colegas o estudiantes me asociaran como escritora de obras que no fueran científicas.

Después de varios meses de reflexión me he dado cuenta que fue parte de la educación que recibí. ¡Esta enseñanza de antaño de mantener una imagen coherente frente a los demás para evitar que la gente hable mal de mi! me trajo serios conflictos existenciales. Hoy y siempre honro la memoria de mis padres porque ellos hicieron lo que pudieron, pero definitivamente tomo los principios que me ayudan a ser una persona plena y, aquellos que me limitan los hago a un lado.

La siguiente etapa consiste en realizar cosas que representen una hazaña para ti. No importa que tu momento épico sea una banalidad para los demás porque para ti puede representar uno de los mejores momentos de tu vida. Cada nuevo logro, pequeño o grande, comenzará a generar satisfacción en ti.

El tercer peldaño, sumamente importante, es creer en ti. Estar consciente de que no todo viene envuelto para regalo, pero que tú eres el mejor para lograr la tarea que te has propuesto alcanzar.

Con tu autoestima sanada por ti mismo, ahora debes convertir en rutina los pequeños retos diarios sin pensar en que tu circunstancia es desfavorable. Es decir, uno debe dejar a un lado la figura de mártir y dejar de fijarse en todas las adversidades. Por salud mental, lo mejor es pensar que has llegado a este mundo para disfrutar los buenos momentos y a tomar aprendizaje de las situaciones menos favorables.

No hay secretos ni fórmulas estándares para cambiar y tratar de encontrar la cara amable de la vida. Puedes buscar la ayuda de algún orientador o psicoanalista, pero si no te convences a ti mismo que quieres liberarte de ataduras y buscar momentos que te produzcan placer, difícilmente alguien logrará milagros para ti.

Permite a la vida que te tome de la mano y disfruta la hazaña de acompañarla y experimentar todo lo que te brinda mientras dure su comparsa.

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