Me llamo Elena Álvarez y llevo escribiendo desde los doce años. Empecé con la fantasía, pero pronto me di cuenta de que no se me da demasiado bien y me pasé a otros géneros: con el que mejor me llevo es con el de la novela histórica, donde admito sin reparos que soy una friki de la documentación. Leo de todo, aunque últimamente estoy un pelín obsesionada con la Guerra Fría; colecciono marcapáginas, aunque los pierdo todo el rato y prefiero señalar aquello que me ha gustado de mis lecturas doblando las esquinitas de las páginas; me encantan las tragedias bien gordas y las novelas históricas costumbristas. En mis ratos libres (que no son muchos) aprendo alemán y veo vídeos de ballet. También toco el piano y hago experimentos culinarios que no siempre se pueden comer (¡y me encanta la pizza con piña!).
En 2016 publiqué Cuando la luna brille, una novela romántica, juvenil y de vikingos, con la Editorial Tandaia, que es la primera que veía la luz pero no la primera que escribí.
Cuando aún estudiaba, pasé 11 meses viviendo en un pueblecito alemán en medio de unas montañas, con un castillo de ensueño y un mercado de Navidad lleno de magia. Ahí nacieron los protagonistas de Esa nube tiene forma de oveja, entre los cafés y los dulces de una Bäckerei que había enfrente de la Universidad, que bien podría haber sido la de Frau Pohlmann, y las fachadas de cuento de todas las casas de mi calle… excepto la del edificio en el que yo vivía.