Al final del siglo XII y principio del XIII, la península ibérica vive uno de los momentos de máxima tensión política de su historia. Los reinos cristianos conviven entre envidias, traiciones y acuerdos secretos. Castilla tiene en su frontera sur el continuo acoso del poderoso reino moro. Enemigos acérrimos e históricos que se matan sin compasión en nombre de Dios.
Muchas son las gentes de las dos razas que viven en la inestable frontera y que padecen la despiadada forma de entender el odio de unos y otros, entre ellos, Guzmán de Carabías. De niño a hombre precipitadamente. Con un don natural para ser arquero y aprovechado por él y muchos otros como medio de vida. Ser arquero en esta época es un oficio, te permite comer, sobrevivir y, por supuesto, vengarte de tu peor enemigo, aquel que te infligió tal dolor que pasas media vida anhelando su muerte.