La entrevista de trabajo
En27 noviembre, 2020 | 0 comentarios | Relato corto |

La entrevista de trabajo

 

Solo me quedaban veinte euros en mi monedero. Tras cerrar la cafetería vintage, vender todo el mobiliario y saldar alguna que otra deuda, ya no no tenía ni céntimo más. No sé como me iba a enfrentar a un puesto de trabajo, si casi siempre había trabajo como autónoma, como freelance. Había enviado varios emails para postular a un elenco variado de profesiones: oficial administrativa, jefe de recursos humanos, guía en un centro de educación ambiental, directora de emprendimiento, agente inmobiliario, secretaria de dirección de un despacho de abogados y otras absurdas que no recuerdo. Todos puestos de trabajo en los que había trabajado anteriormente, salvo el de secretaria de dirección.
A la mañana siguiente había salido a correr para liberar tensión, después de un rato de quince minutos de meditación zen, con la que no había conseguido parar mi mente de mono loco. Los pensamientos se enlazaban unos con otros sin cesar, volando de rama en rama de mi red neuronal.

Al poco tiempo sonó mi teléfono, a pesar de llevar los auriculares tuve que pararme para poder hablar y respirar a la vez.

—Sí, dígame. Dije jadeando —
—Yolanda López, por favor. —
—Preguntó la voz al otro lado—
—Sí, soy yo respondí—casi sin aliento—

Me llamaban para una entrevista en esa misma mañana, no habían podido localizarme antes y tuve que salir disparada si quería tener alguna oportunidad. Era el único día que iban a destinar a entrevistar a los candidatos seleccionados.

Hacía años que no trabajaba en la capital, me había acostumbrado a trabajar en los pueblos de la sierra madrileña. Mi mente me volvía a recordar que necesitaba ingresar dinero. Y mi corazón decía lo contrario.

Ya montada en el coche, con la lengua fuera, medio maquillada, no me sentía cómoda con la ropa que había elegido, iba con la mente y el corazón divididos.
Bueno, me dije, ya has trabajado como abogada muchos años, aunque no como secretaria personal de un abogado, seguro que estás a la altura de las circunstancias. Necesitaba ese maldito puesto de trabajo, aunque no me apetecía nada la idea de volver a ese mundo absurdo del derecho.

Puse la radio para escuchar un poco de música y evadirme de mis pensamientos contradictorios. Mientras buscaba una emisora que pudiera sintonizarse bien, un canal avisaba de una noticia de última hora.

Un paquete bomba había explotado en el despacho de un prestigio abogado de Madrid, situado en la Calle Orense, número 50 de Madrid. Sin pensarlo, frené en seco y casi provoco un accidente en la carretera de la Coruña. Como pude me cambié de carril para incorporarme por la primera salida que pude ver. El corazón me latía a mil por hora. Ahora estaba asegurado que no me darían el puesto de trabajo.

Mi destino se había resuelto en un abrir y cerrar de ojos. No tenía que esperar a que explotase ninguna bomba nunca más en mi vida, para disfrutar trabajando en lo que más me gusta: emocionar contando historias a través de la escritura.

 

Yolanda López.

Dejar una respuesta

  • Más artículos