Ballenas: otra vida bajo el mar
En29 noviembre, 2020 | 0 comentarios | 28 Lunas, Relato corto |

Relato corto de «28 Lunas»

Otra vida bajo el mar

¡Qué momento tan especial! Nerviosa, agitada, dando saltos contenidos de alegría para no volcar la zódiac, espero inquieta a que aparezcan. Precedido de un silencio sepulcral surgen las primeras sombras, aparecen movimientos circulares bajo el agua. La quietud se rompe, suena el resoplido del aventador, emergiendo como un géiser. Ya están en la superficie. El soplo es alto y vertical, espectacular, con forma de columna fina. Mi piel se eriza, no puedo parar de sonreír, mi rostro refleja la mirada cándida de la niñez. Dispuesta con todos mis sentidos al borde de la embarcación, preparo mi retina, coloco el objetivo, quiero todo en mi recuerdo. Con manifestación inquieta pero suave, curiosas, se van acercando con sus ballenatos recién paridos.

Cada avistamiento es pura sensibilidad, un estado mágico, espiritual, alcanzar el nirvana. Colosales, del mar se elevan hacia nuestro lado. Nos miran asombrados con ojos ingenuos, atentos y me pregunto ¿Quién observa a quién? Cuánta delicadeza. Impone cómo las ballenas hembras nadan entre sus crías, con una ternura inusual.

Quiero que se repita este estado místico una y otra vez. Ser uno de ellos. La satisfacción del deseo no hace más que dejar mi alma con la apetencia de algo más trascendente, como es renacer bajo las profundidades marinas y reencarnarme en lo que fui en épocas pretéritas. Lograr, sin un esfuerzo desesperado, fusionar las vibraciones físicas y espirituales, con la naturaleza salvaje. Con su observación y contacto lo consigo fácilmente. Floto en el estado líquido del seno materno, regreso al inicio de la vida, al comienzo de los tiempos. Es volver a nacer, esta vez en otro cuerpo, y como todo cambio, avance y progresión. Me sumerjo al límite por primera vez, emerjo a ras de mar para tomar aire. Casi no entra la primera vez. Unas bocanadas más y poco a poco puedo respirar en este recién estrenado estado. Ahora soy uno de ellos. Lo saben desde que me miraron a los ojos.

Sé lo que es mirar a una ballena a los ojos, sé que su vida no es menos que la nuestra, ni la de sus ballenatos. Sé que su territorio no es menos que el nuestro. De hecho como dice el vídeo que os dejo a continuación, las ballenas habitan el planeta Tierra desde hace 55 millones de años y nosotros hace 2,5 millones de años y casi las hemos aniquilado por completo. Lo cierto es que no alcanzo a comprender el ansia de poder y destrucción que habita dentro del ser humano.

 

Mensaje de una Ballena

 

Con este poema quiero hacer poner mi grano de arena en defensa del Golfo de Tribugá, que es una reserva y santuario natural de la biosfera situada en el océano Pacífico, donde la ballena jorobada o yubarta acude con sus crías todos los años. Allí las ballenas enseñan a sus bebés a nadar, a respirar y a alimentarse. Es una zona a la que acuden cada año, para darse unas mini vacaciones y resguardarse del frío de las aguas de la Antártida.

La construcción del proyecto de un mega puerto, destruiría a una comunidad indígena que vive de sus recursos naturales, del posible turismo sostenible (que podría desarrollarse sin afectar el territorio y las especies vegetales y animales) y que destruiría el hábitat de la ballena jorobada y de toda la biodiversidad marina que vive en ese Golfo.
No dejes de ver el documental y apoya esta causa. Salvemos juntos el planeta.

https://m.youtube.com/watch?feature=share&v=9gcRnUEAAjk#dialog

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