“Mensu se ha dedicado durante meses a marchar a lo largo de la Costa Vasca buscando sus parajes más recónditos, sus lugares más bellos, y sus rincones más entrañables. Es como si este artista se empeñara en asir en sus trazos ese espíritu de armonía que durante generaciones ha dominado nuestro paisaje, y que ahora, en los años que vivimos, lo estamos viendo escapar como el agua de un manantial entre nuestros dedos.
Los dibujos de José Mensuro tienen todo el realismo de lo cotidiano, de la lucha por la vida, pero tienen ese especial tacto de plasmar los últimos resplandores de un mundo que se nos va. No se trata de si es mejor o peor. Se trata simplemente de que es así.
Esa sensibilidad le llega a Mensu de su vivir en las orillas del Bidasoa, junto a nuestro último río azul, de cara a la bahía de Txingudi, mirándose en la amanecida en las doradas arenas de la playa de Ondarraitz y en la leyenda de las míticas Dunbas. Mensu como hombre asomado a la mar, sabe de las embarcaciones que salen a ganarse la vida entre la bruma que desciende de Larrun, ha palpado las sombras de las casonas de entramado de madera empapadas de salitre, y ha dibujado con vigor esas vivencias que asombrosamente se iban abriendo ante sus ojos de artista.
En esta ocasión, tal vez acudiendo a un impulso vital, a una necesidad existencial de dejar constancia de un mundo que ha sido suyo, José Mensuro ha salido al encuentro de la Costa vasca, del Mar de los Vascos y, sencillamente, lo ha plasmado dejándose llevar por las olas de su mano y de su sentimiento.
Por L.P. Peña Santiago
