Antonio Redondo presenta FASCINACIÓN Y DESILUSIÓN. PSICOTERAPIA SISTÉMICA DE PAREJA de Juan Miguel de Pablo Urban
En10 noviembre, 2019 | 0 comentarios | Sin categoría |

TEXTO DE LA PRESENTACIÓN REALIZADA POR ANTONIO REDONDO VERA

Buenas tardes. Amigos, compañeros, es para mí una gran satisfacción volver a estar con vosotros en la presentación del último libro de Juan Miguel de Pablo.

Quiero empezar este comentario retomando la afirmación del autor, durante nuestro encuentro del año pasado, cuando decía que él es un “terapeuta optimista”. Lo ilustraba con el relato del conflicto de pareja entre sus padres, en el cual, fue invitado a posicionarse. Y su respuesta sensata fue: “tenéis que hablar”. Y parece ser que sus padres hablaron y ocurrió algo que estamos autorizados a pensar que fue afortunado. La neutralidad ante el conflicto posibilitó el diálogo. Este sería el resultado de cualquier terapia exitosa: restablecimiento del diálogo interior y exterior.

Durante la lectura de este libro, (riguroso desde el punto de vista académico, bien trabado en su argumentación y desarrollo lógicos), yo me he preguntado si estamos ante un nuevo modelo de terapia de pareja, si aquí se está describiendo el modelo Juan Miguel de Pablo. No cabe duda de que estamos ante una obra para profesionales inquietos, aunque no es improbable que cualquier lego despistado pueda obtener una lectura provechosa e incluso procurarse una reflexión constructiva ante su crisis de pareja. No estamos ante un libro difícil de entender, pero la densidad de sus contenidos hace que su lectura deba ser pausada y reflexiva.

El trabajo planteado en la obra es una decostrucción de la pareja presente en la consulta.  El autor debe acompañar a los cónyuges por un camino de exploración compartida con objeto resolver los enigmas que tienen planteados. ¿Cómo es que esta pareja, que en sus inicios parecían predestinados para la gloria, se han convertido en dos personas que no son capaces de ocultar su mutua antipatía? En sus reproches los cónyuges tienen el deseo de convertir al terapeuta en el amigo/a, padre/madre, hermano/a; que le da la razón a cada uno, manteniendo e incrementando la tensión y el sufrimiento. Estamos ante el mismo contexto que se encontró Juan Miguel con quince años, y entonces fue capaz de mantener la neutralidad con su respuesta: “tenéis que hablar”.  Pero, ¿cómo podemos hablar cuando las heridas apasionadas y el rencor oscurecen la lucidez y la capacidad reflexiva? ¿Es posible revertir el odio en amor, convertir la fealdad en belleza, transformar la antipatía en empatía y en simpatía? La crisis de la pareja conmueve los cimientos identitarios de sus miembros; en la escala de situaciones estresantes la psiquiatría la pondera como una de las más altas, junto al fallecimiento de un ser querido.  En esta situación tan compleja, resulta imprescindible disponer de un contexto seguro, para ello Juan Miguel plantea un trabajo combinado sobre dos vectores que habrán de presidir todo el proceso: “función padre” que nos ha de proveer de normas claras, límites convenientes, encuadre, en definitiva. Y, lo que no es menos importante, el terapeuta como madre que acoge, reconoce, alivia, y, en definitiva, sostiene. Estos tres elementos: función padre, función madre y neutralidad, serían los constituyentes indispensables para realizar la obra, algo equivalente a la vasija alquímica donde se ha de transformar el plomo en oro. Hoy sabemos que la neutralidad no es posible, nuestra interacción siempre es partidista. Cada miembro de la pareja debe sentir que su punto de vista es comprendido, reconocido y legitimado para que el proceso pueda contar con garantías de éxito. El terapeuta resuelve esta situación mediante una aparente paradoja: “los dos tenéis razón, pero ambos estáis equivocados”.  Los dos tienen razón en su dolor, pero los dos están equivocados al pensar que el otro es el principal causante de los problemas”. No es fácil que la pareja acepte desde el principio esta argumentación. Les resultará chocante porque ataca su epistemología actual. Aunque hemos de reconocer que cuando se produce su formulación ya estamos inmersos en una parte avanzada del proceso deconstructivo de la pareja.

En los primeros compases del proceso se realiza una codificación de la queja cruzada de los cónyuges, siguiendo las formulaciones de Mony Elkaim. En este proceso Juan Miguel hace una indagación sobre cómo se construyó la identidad de cada miembro de la pareja mediante las interacciones más significativas con los personajes de su familia de origen, al objeto de verificar los elementos de la historia personal que sustentan la queja actual. Mediante la realización de esta incursión compartida en la historia familiar, ambos cónyuges estarán en condiciones de preguntarse ¿qué heridas de su historia infantil han querido sanar mediante la construcción de esta pareja?

Por lo que yo he colegido, la terapia se construye como una Gestalt durante la primera o segunda sesión.  En ella el terapeuta tendrá que recuperar lo que pueda haber de saludable en la historia de la pareja y su proyecto fundador, para infundir una nueva esperanza de futuro. Destacar a continuación los logros y recursos de la pareja en su formación y desarrollo, utilizando metáforas en las que ambos puedan sentirse reconocidos. Se busca generar un contexto de colaboración, reforzar las conductas de apoyo, es decir las excepciones que no forman parte del relato saturado del problema y reflexionar sobre los comportamientos saboteadores de la pareja. Esta primera sesión, en la que considero se realiza el 60% del trabajo, el terapeuta se despide con un movimiento estratégico para que la terapia no sea un contenido más en la dinámica del conflicto: Si cada uno vosotros decide por separado hacer terapia hacédmelo saber en una-dos semanas. El proceso terapéutico se desarrollará siguiendo los lineamientos generales visualizados durante la primera sesión.

Para finalizar quisiera responder a la pregunta que hice al comienzo de mi intervención. ¿Estamos ante un nuevo modelo de terapia de parejas, se podría hablar del modelo “Juan Miguel de Pablo”? Durante el proceso hemos visto un terapeuta que se maneja con gran cantidad de recursos técnicos y teóricos. Hemos visto elementos provenientes del psicoanálisis tales como capacidad de “reverie”, función padre, función madre, identificación proyectiva, idealización, etc. Elementos provenientes de las distintas escuelas sistémicas: Constructivismo, escuela transgeneracional, MRI, construccionismo social (relatos saturados de problema y excepciones). Juan Miguel realiza una integración de estos elementos para producir una obra singular, que, siguiendo el título de su primer libro, yo me atrevería a rotular como “terapia sistémica de pareja integradora”.  Los que sigáis este modelo dispondréis de un buen sistema para el trabajo con parejas, lamentablemente no podréis disponer del alma del autor, y os tendréis que sostener en vuestra soledad ayudando a otros que tendrán que descubrir su irremediable soledad oculta tras la pareja. Solo entonces, ellos y nosotros, podremos hablar. Muchas gracias.

 

Referencia:

ANTONIO REDONDO VERA, Psicólogo clínico y psicoterapeuta. Trabaja en el Servicio Andaluz de Salud, como psicólogo clínico desde hace más de 30 años. Es codirector y docente supervisor de COOPERACIÓN, Instituto de Formación Sistémica, en Cádiz, centro que fue fundado en 1996 junto a Juan Miguel de Pablo y donde se ha formado a un importante número de profesionales de la salud, de los servicios sociales y de la educación de esta provincia.

 

 

 

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