He seleccionado este texto de Rosella Postorino, publicado en 7corriere, en referencia al libro de Massimo Recalcati, “¿Existe la relación sexual?”:

“(…) Pensé en un amigo que hace rato pasó los 50 y me dijo que quitarse la camiseta ante una mujer ya no le sale natural. He pensado en lo vulnerables que somos, hembras y machos, no solo porque ese puño de huesos y músculos y tendones que llamamos yo puede romperse en cualquier momento, sino porque mientras lo habitamos, mientras nos mantengamos vivos, nuestro cuerpo nos supera , es primero que nosotros, lucha por hacerse desear y teme el rechazo, dado que ese rechazo nos aniquila, parece ser sobre nuestra persona entera.

Nunca me liberé del sentido de la responsabilidad que ser deseado implica y que me penalizó la adolescencia: y si luego decepciono las expectativas? Temía ser un engaño. Envejeciendo, creí que finalmente tendría derecho a la imperfección, pero nunca la acepté.

Sin embargo, sé que el deseo solo tiene que ver con el cuerpo falso, que está orientado por nuestro fantasma inconsciente -diría el psicoanálisis-. (…) Cada uno de nosotros es único e irrepetible, pero solo el aturdimiento del deseo nos lo recuerda con extrema lucidez. Por eso el encuentro siempre es una incógnita que puede molestarnos y asustarnos. Exponernos nos quita protección, pero es la única forma que tenemos de existir”

(En 7Corriere).