«El huerto de la Vida»
En26 febrero, 2018 | 0 comentarios | Artículos desde mi opinión |

EL HUERTO DE LA VIDA

Me educaron creyendo que en la vida las cosas te suceden por casualidad. Creyendo que la buena y la mala suerte van modelando nuestras vivencias por caprichos del destino, y que debía conformarme con lo que me tocaba. Creyendo que es ahí fuera donde debo buscar lo que necesito, y que son a todos los que están a mi alrededor a quienes debo “agradar”. Creyendo que hay que trabajar duro para ser alguien y labrarse un futuro lleno de cosas materiales para ser feliz.

Después de muchos años caminando sobre estos pilares, me di cuenta que todo esto no tenía sentido para mí. Me tocaba experimentar sobre lo que llevaba igualmente muchos años sintiendo en mi interior sin prestarle atención. Tenía todo y sentía un enorme vacío en mí. Mi caminar no tenía rumbo, y mucho menos sentido. Así que, sin saber muy bien hacia donde me dirigía, decidí tomar otro cruce diferente en mi camino.

Y nada más maravilloso que descubrir que “Tú eres el propio huerto y el hortelano de tu vida”. Sí. Así de sencillo. Cada uno decide qué sembrar en su vida, y en consecuencia, qué cosechar.

Nada te viene desde fuera por casualidad. Es lo que llevas dentro de ti lo que atraes hacia ti.

No es una ardua labor. Es un caminar sencillo y sentido hecho con amor y sin apegos, tan fácil que parece que la vida te lleva de su mano entre magia y milagros.

Es un observar, una escucha silenciosa, un respeto, una mirada de amor y comprensión. Es la alegría de vivir en cada segundo, en cada paso. Es disfrutar y amar el camino, con todos sus caminantes. Es un baile libre sintiendo la tierra y los elementos. Es un dejarse llevar por algo mucho más grande que una mente y un cuerpo físico. Es cultivar el amor a cada paso dejando que tu esencia se manifieste sin juzgarla. Y compartir… compartir ese amor, esa alegría de vivir y de ser, esa abundancia que el Universo nos ofrece a raudales. Es dejarse envolver por algo tan grande y mágico que muchas veces nos negamos a ver.

Siente bien lo que quieres cosechar un poco más adelante en este tiempo imaginario por el que te dejas llevar. Y elige bien tus semillas. Siémbralas con amor, riégalas con amor, obsérvalas con amor, háblales, cántales, ríeles…  Y no dejes de sembrar. Pues esta siembra es contagiosa. Se irradia a todo tu alrededor. Y va transformando tu vida y la de los que te rodean.

Ábrete a recibir y disfruta de tu cosecha.

Recuerda. Tú eliges las semillas. Y tu labor es que esa siembra llegue a dar buenos frutos.

Hazte consciente. Ámate y déjate amar.

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