La toma de decisión
En16 junio, 2019 | 0 comentarios | Sin categoría | Etiquetas: , , , ,
Alexia, en el post anterior,  nos mostraba esa parte vulnerable de sí misma donde reconocía que le generaba mucha ansiedad el tomar decisiones dejándose  llevar en muchos momentos por lo que opinasen a su alrededor.

¿Te ha pasado a ti alguna vez? En este post vamos a intentar desgranar que es lo que ocurre en nuestra mente a la hora de tomar esa decisión importante que hace que nuestro cuerpo ponga en marcha toda una serie de mecanismos de defensa en forma de sintomatología del tipo: sudoración, palpitaciones, nerviosismo, tristeza, apatía, perdida de energía, entre otros;  y que al final acaba bloqueándonos y dejándonos sensación de  frustración y de falta de valía suficiente como para afrontarla.

El psicólogo Seligman investigó mucho al respecto y denominó a esa sensación «indefensión aprendida». La gran causante de ansiedades y depresiones. ¿A qué consideraba Seligman dicha indefensión? A la sensación que tenía el ser humano de verse incapaz de afrontar una situación de su vida ante la cual indefenso, decidía no responder.

Déjame exponerte esta situación cotidiana:

Acudes a una heladería que han abierto nueva de helados artesanales.  Te asomas al monicapsicocoachescaparate y aprecias una gran cantidad y variedad de helados, a cual más apetitoso y deseable. Empieza a entrar gente a la heladería. La heladera te pregunta ¿Qué helado deseas? Jugamos con dos factores: el tiempo y la indecisión. Tu mente piensa : «No se cuál elegir, me gustan todos. Bueno venga voy a empezar a descartar. Ayyyyyy pero es que no sé que hacer entre estos tres. ¡Madre mía estoy formando una cola horrible!». En ese momento decides decir en voz alta para justificar tu tardanza: «Nada, que no me decido. No sé cual elegir». La sensación de angustia que se te empieza a generar por dentro es una mezcla entre el pensamiento de: chic@ eres subnormal, por un helado la que estás liando y, el pensamiento de: que se esperen, quiero llevarme de aquí el helado que más pueda llegar a saborear. 

En nuestro día a día: vamos, venimos, compramos, acudimos a estudiar o al trabajo, desempeñamos labores en el hogar o en lo académico, quedamos con amigos… Si te das cuenta, todo ello son tomas de decisión que hacemos a diario. La mayoría están automatizadas, por eso ni si quiera llegamos a ser conscientes de que cada día nos estamos trabajando la toma de decisión. Si vas a trabajar es porque te has levantado por la mañana y has decidido hacerlo, si comes saludable es porque has decidido dedicarle un tiempo a la cocina, si quedas con amigos es porque has decidido mandarles un mensaje de confirmación…Y como estos hipotéticos casos, muchos otros. Entonces, en el caso expuesto de la heladería ¿Es que la persona indecisa no tenia herramientas para hace frente a la situación? No ¿No se había trabajado nunca lo que es la toma de decisión? No ¿Tenia algún tipo de problema personal que le impidiese decidirse? No.

Cuando encontramos ansiedad ante una toma de decisión es necesario que revisemos que tipo de expectativas estamos poniendo ante dicha elección.Lo que nos paraliza, lo que nos hace no decidirnos y en muchos casos dejarnos llevar por la opinión de nuestro entorno tiene sus bases en que lo que deseamos profundamente es que la decisión que tomemos SEA LA PERFECTA. Y ante esa lucha con nosotros mismos y con la vida por no fallar,  surge la ansiedad.

En la situación de la  heladería se estaba desencadenando ansiedad precisamente por no dar un paso hacia adelante. La persona deseaba llevarse el mejor helado pero ¿Cómo saber cual es el mejor helado si no nos hemos permitido elegir, saborear otros, posiblemente fallar en nuestra elección y poder de esta manera comparar?


SABEMOS TOMAR DECISIONES, no nos faltan herramientas, no nos faltan estrategias, no hemos nacido deformes…Lo que nos falta es el VALOR Y LA VALENTÍA de arriesgarnos y PERMITIRNOS FALLAR. Y mientras no aceptemos que NO SOMOS PERFECTOS y que nuestras decisiones seguramente tampoco lo serán; siempre nos acabaremos dejando llevar por la elección de un otro creyendo que esa es mucho mejor que la que podríamos haber tomado personalmente pero en el fondo, no nos hemos permitido contrastarla.

Mi recomendación: ARRIÉSGATE Y AL FINAL GANARÁS porque no hay decisiones mejores ni perores, simplemente DIFERENTES.
@monica_psicocoach

Dejar una respuesta

  • Más artículos