Biografía
Mónica Nita

Me llamo Mónica Nita y nací en los verdes prados de Rumania, aunque maduré en los dorados arenales del Levante español y volví a nacer en los picos nevados de los Andes peruanos. Me licencié en Derecho, aunque casi siempre trabajé como traductora judicial. Me gustan los libros, los montes, la mar (para mí, es fémina), los gatos, las estrellas, el silencio. Me fascinan los infinitos matices con los que el ser humano ama. Para mí, el mayor invento de la humanidad es la música. En invierno, adoro andar descalza por la orilla del mar; en primavera, me gusta subir algún que otro pico de montaña para disfrutar de un bocata «por todo lo alto». En verano, me encanta contar las estrellas fugaces en la noche; en otoño, juego adivinando lo que sea en las nubes. Lo más fascinante del universo es, a mi parecer, la unicidad e irrepetibilidad de todo lo que existe. Lo que más increíble me parece es que, con solo siete notas musicales, se puedan crear infinitas canciones y que con apenas veintisiete letras más o menos, dependiendo de cada alfabeto, se puedan expresar tantos sentires. Entre fijarme metas y fluir, prefiero lo segundo, por ser más cómodo. Aunque dos metas sí que tengo, de momento. La primera es aprender a viajar con menos cosas en la mochila, en todos los sentidos; la segunda es unir todas las frases de mi vida separadas por un «aunque».

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El Camino es Amor, en una espiral sin comienzo ni fin.

Ultimos proyectos
La Bruja del Amor y el Yonqui del Dinero, ya en librerías

El libro nos sitúa en dos realidades en apariencia inconexas, pero que según se desarrolla su lectura, el corazón-mente del lector logra fundir sin esfuerzo. Dejarnos llevar en el nivel de realidad que se despliega bajo la fuerza de las energías femeninas que moviliza la protagonista nos coloca con maestría en su viaje interior, igual de enriquecedor que el exterior (uno es el otro indivisibles), preparándonos para afrontar otra realidad distinta y oculta cuyo cascarón de creencias desarma, un mundo de sombras expuesto desde la observación pura y en base a pruebas que no dejan lugar a nuevas preguntas. La fragancia femenina se extiende en las páginas del libro consiguiendo algo osado si fuera pretendido, imposible si quisieras encerrarlo: traspasar el significado de cada palabra, de cada párrafo con una sencillez exenta de esfuerzo por no ser necesario. Palabras que deshacen sus propias fronteras llevando al lector a compartir una gran idea: que el camino, el verdadero sendero que nuestra alma recorre, solo puede hacerse en ese “dejarse llevar”, en la Entrega, ese exquisito y gentil abandono que pulsa con firmeza dentro de cada corazón con la fuerza de cada amanecer y con la sabiduría regalada a nuestros ocasos.

Partiendo de la inmortalidad de la consciencia, el libro narra el viaje de búsqueda de la protagonista, en su intento de comprender el mundo que le rodea y a sí misma. Amor, magia y arcanos saberes la acompañan en sus caminos en una mezcla de realidad y ensoñación, mientras la antigua y olvidada sabiduría se refleja en los más novedosos avances científicos, dejando patente la unidad de la existencia, en un cuadro donde la belleza del alma humana y del universo que nos rodea contrastan con los grises de nuestra turbia realidad social y de las eternas guerras y luchas de poder de este mundo. Integrar la perpetuidad de la consciencia como fundamento de nuestra vida nos desvelará su sentido, acercándonos al amor incondicional y a lo que es verdaderamente nuestra esencia.