Narcisismo y psicopatía
En25 febrero, 2021 | 6 comentarios | Madres narcisistas, Narcisismo |
Es una pregunta frecuente: ¿Los narcisistas son psicópatas?
La respuesta no es fácil, porque es sí y no. Me explico. Tal y como he expuesto en el libro, todo psicópata es narcisista, pero no todo narcisisista es psicópata. También podemos determinar que es cuestión de «grado» pasar de narcisista, a narcisista perversa, y a psicópata.
Lejos de lo políticamente correcto, y de lo meramente académico -donde las teorías y las hipótesis explicativas de los hechos son casi más importante que estos últimos- me aventuro a hablar de los casos que he ido encontrando. No me refiero a las madres narcisistas, puesto que conozco sus conductas por sus hijas.
Suele ocurrir que en todos los casos, la gente se lleva una sorpresa cuando una persona se convierte en asesina. Los vecinos no acaban de creerlo: «parecía una persona normal». Y ahora viene el trabajo de los peritos forenses…
Me comenta un amigo y colega dos casos de padres asesinos: «un padre, que no estaba loco, metió a un hijo lactante en un microhondas y lo achicharró. Y una madre gallega llevó a sus cuatro hijos al espigón de un muelle y echó a los cuatro al mar. Tampoco estaba loca. Dijo que se le habían caído los cuatro al agua».
¿Qué convierte a una persona, que ha ocultado durante años y años que es un psicópata, en asesino?
Se me ocurren dos opciones: la impulsividad y el cansancio (o una combinación de ambas). Dos opciones para dos tipos de crímenes. En el primer caso, no hay planificación, lo cual se traduce en crasos errores y en la detención rápida del perpetrador. En el segundo caso se requiere una investigación más cuidadosa. El cansancio suele llevar a crímenes perversos. Los psicópatas necesitan cambios, emoción, nuevas experiencias, y la crianza de un hijo es un lastre para ellos.

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Comentarios 6
Manuel Esbert Publicado el 25 febrero, 2021 a las 11:18 am   Responder

Muy interesante, gracias, Reme. Añadiría que comprendo esos casos recurriendo al concepto de disociación. La disociación es un mecanismo cada vez más frecuente en nuestra sociedad. Permite desarrollar digamos que dos tendencias de personalidad desconectadas entre sí y que cada una crece por su cuenta. En cierto momento, la personalidad perversa, que ha ido larvándose oculta, toma el protagonismo y aparece una actuación brutal e inesperada.

mrfernandezamela Publicado el 25 febrero, 2021 a las 8:22 pm   Responder

Gracias por tu comentario, Manuel. Me ha hecho meditar sobre este mecanismo de defensa, que solamente aplicamos a los trastornos disociativos/histéricos y al trastorno por estrés postraumático.
Al respecto, he recordado una ocasión en que tuve que examinar a un violador en serie. Mi profesora de Comunicación Terapéutica en los cursos de Doctorado, la Dra. Begoña Rojí, me apuntó que le preguntara sobre esto que tú me comentas. El hombre en cuestión era un psicópata de libro: inteligente, atractivo, invasivo… Me daba mucho miedo, algo que le ocultaba (o intentaba ocultar, porque esta gente tiene olfato fino). Sí me dijo que no recordaba haber cometido algunos de los delitos que se le atribuían. Otros sí. Me contó su modus operandi, lo cual daba credibilidad a su relato, puesto que con su «amnesia» no se libraba de esos delitos. Es una historia larga y no muy bonita, la verdad.
Gracias otra vez por ilustrarme.

Joaquín Sama Publicado el 25 febrero, 2021 a las 7:48 pm   Responder

Así es, Reme…! Todos tenemos pulsión narcisista. Gracias a ella nos aseamos y procuramos dar la mejor imagen de nosotros mismos. Lo mismo que todos tenemos estatura (permíteme este simil tan elemental). Cuando la estatura llega a ser, pongamos una cifra, de 1,85 hasta 1,95, diríamos que son personas altas. Y los individuos de más de dos metros, altísimos; estos últimos, sin duda, se encontrarán con dificultades en la vida, para encontrar ropa a su medida, calzado, para viajar en avión, en la cama de un hotel, etc. Pues bien, con las pulsiones que nos impulsan a actuar, que todos los humanos compartimos, sucede conceptualmente lo mismo que decíamos de la estatura: si alguien tiene mucho narcisismo, cuyo sustrato conviene recordar es puramente neurobiológico, será una persona simplemente narcisista, de esas que solemos decir «presumidas», sin más. Sería el equivalente a «las altas de estatura». Pero si tiene tanto narcisismo que le ocasiona problemas a él mismo y/o a los demás, estaríamos ante un psicópata de tipo narcisista. Alguien rehén de su desmedida necesidad de que los demás lo admiren y aplaudan, aunque no tenga méritos, ni muchísimo menos, para ello.

mrfernandezamela Publicado el 25 febrero, 2021 a las 8:25 pm   Responder

Encantada de leerte, Joaquín. Como casi siempre, coincido contigo en tus apreciaciones. El narcisismo es un continuum que puede ajustarse a una distribución normal (la curva normal), con su forma de campana. En los cuestionarios que estamos evaluando, sin embargo, referentes al narcisismo materno apreciado por las víctimas, estamos viendo una distribución diferente, pero aún es pronto para examinar los resultados. Todo se andará.
Estaremos pendientes.

Joaquín Sama Publicado el 25 febrero, 2021 a las 8:02 pm   Responder

Como bien dices, es una cuestión de grado, de cantidad, aunque cuando hablamos de pautas de comportamiento, a menudo olvidamos cuantificar. Dicho de otro modo: «En el término medio está la virtud». Es positivo tener algo de narcisismo, como de todas las demás pulsiones comportamentales que nos caracterizan como especie, como cierta hipocondría que nos permite estar atentos ante las enfermedades; cierta desconfianza, para evitar peligros; etc. Lo malo es cuando se tiene demasiado de cualquiera de las pulsiones humanas, -tenemos muchas-, que nos llevan a ser esclavos de ellas y a esclavizar, victimizar, a los demás.

mrfernandezamela Publicado el 25 febrero, 2021 a las 8:28 pm   Responder

Encantada de que comentes en mi blog sobre este tema, Joaquín, porque pones en relación cuestiones de varias disciplinas de la psicología: por un lado, sobre la psicopatología, y por otro la psicología de la salud, y la psicología de la personalidad. ¡Y en un solo párrafo!
Totalmente de acuerdo contigo EN TODO.
Gracias.

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