La muerte sin despedida
En30 noviembre, 2020 | 0 comentarios | Sin categoría |

A raíz del covid 19, me están llegando muchas consultas en relación al duelo y, a la preocupación y miedo a desarrollar un duelo complicado debido a la falta de despedida de sus seres queridos.

Hay dos puntos importantes que me parece importante aclarar y tener en cuenta en relación a la despedida del ser querido, en el proceso de duelo:

El primer punto es, que se está entendiendo que despedirse del familiar es hacer un acto de presencia física en el lecho de muerte del paciente. Y aunque esto puede ser algo deseable, no es un requisito para hacer una buena despedida de nuestro familiar. Reconocer que este decir adiós es sólo una parte de todo el proceso de duelo y de despedida. El no poder hacer esta despedida, no implica que vayamos a sufrir un duelo complicado, que nos vamos a atascar en el proceso, o que vayamos a enfermar. Cada duelo tiene sus propios ingredientes y con ellos se trabajará en cada tarea que hagamos por superarlo.

Por otro lado, se está confundiendo Despedida con Rituales de despedida. Rituales funerarios, sociales, culturales, e incluso rituales personales de despedida.

El encontrarnos con nuestros amigos y familiares en el tanatorio, las demostraciones de cariño, el llorar con ellos compartiendo nuestro dolor, nos produce alivio de ese dolor inevitable por el que todo doliente tiene que pasar. La presencia del cuerpo sin vida de nuestro ser querido, es una prueba de realidad que nos ayuda a tomar consciencia de la pérdida que se ha tenido. Pero todo ello es un ritual social y cultural de despedida y no “la despedida”.

La verdadera despedida es un proceso. La despedida empieza en el momento en el que nuestro ser querido muere y, termina cuando llegamos a interiorizar su presencia y podemos continuar nuestra vida con normalidad.

Se puede decir que la despedida abarca todo el proceso de duelo por el que tendremos que transitar. La aceptación de la primera tarea es parte de la despedida. El reconocimiento, la conexión y expresión de las emociones, es también parte de la despedida que estamos haciendo. Esta tarea normalmente se hace sin tanatorios ni familiares; es un proceso personal en el que descubrimos nuestro sentir, y ordenamos el puzle emocional que se produce. La adaptación a un mundo en el que nuestro ser querido ya no está, implica hacer una despedida de las actividades, lugares, objetos, etc. que perdimos junto con su muerte. Es empezar a forjar una nueva identidad.

Con la última tarea, se recapitula todo el proceso y, se pone en práctica, un acto más consciente de despedida. Creamos un lugar especial en el recuerdo y en nuestro mundo emocional para nuestro ser querido, y orientamos nuestra energía hacia el exterior. Empezamos a tener nuevas formas de relacionarnos, nuevos proyectos y emprendemos una vida adaptada a la perdida. Nos apropiamos de nuestra vida. En este sentido nos despedimos no solo de nuestro ser querido, sino de todo el ámbito de influencia que tenía en nuestra vida.

Como se puede ver, la despedida es algo mucho más amplio, largo y personal, que lo que se está entendiendo por despedida. La despedida, no es un acto puntual que se da al principio del duelo, sino un proceso que abarca toda la elaboración del duelo. Se puede decir que culmina con la última despedida que hacemos, hacia el final del proceso. En este momento podemos hacer un ritual personal de despedida como símbolo de cierre del duelo que se ha elaborado.

No hay que olvidarse, que cada persona tiene sus propios recursos y herramientas para hacerle frente al dolor producido por la muerte, y que cada despedida será particular. Habrá personas que necesitarán más tiempo para resolver una tarea y otras que tendrán emociones diferentes que trabajar, según haya sido la relación con esa persona.

Es importante que la persona no se quede aferrada a la idea de que no se ha podido despedir. Uno se puede despedir mental y emocionalmente aunque no haya estado en su lecho de muerte, aunque no le haya podido decir un último te quiero o un adiós y aunque haya hecho rituales mediante internet.

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