Noviembre, mes de reflexión y tranquilidad, mes en que los poetas escriben fácil entre mantas y noches heladas. En una de esas noches frías cogí mi portátil y con un buen vino blanco, un Valdepeñas, comencé a escribir.
Es que vengo de tierra de viñedos y bodegas de éxito, que he crecido viendo como septiembre era el mes en que todo se paralizaba por la vendimia y octubre el mes en que celebramos Halloween al más puro estilo de una Hollywood Movie. Después queda noviembre, que pronto termina, el mes de disfrutar los pequeños placeres de la vida en noches de sofá y manta. Y yo, que soy más de vino que de cerveza, he tenido la suerte de obtener el Premio Cencibel de Poesía 2019 con este poema que escribí esa noche, versos de exaltación al Vino de Valdepeñas, ciudad dónde nací.
Otro día más llego a casa tan agotada como sonriente,
después de un día de trabajo duro, abro tu botella, te pongo en frente,
mi lengua se enamora y no puedo evitar presumir de ti.
Hago un selfie, pongo un hastag, publico y doy el primer trago.
Te pongo un filtro de estilo Airen, con brillantes dorados,
aunque no te hace falta, ya deslumbras por ti mismo.
Pronto llegan los likes, personas pulsando corazones,
sedientos, te desean con solo mirarte en imagen.
Eres Garnacha, trending topic de masas,
que si te subo a mis redes te haces viral,
el influencer de las buenas lenguas,
de las que saben catar, diferenciar un buen vino.
Vino de Valdepeñas, que entre degustadores vence a los algoritmos,
cada trago nos hace sentir elegantes, únicos, célebres,
como un paseo en tacones sobre la alfombra roja.
Adaptado a los tiempos, de alma joven, frizzante y fresca.
Aunque a veces también sorprendes con un final inesperado,
que igualmente eres un clásico, un Verdejo, con desenlace amargo.
Eres muy nuestro, nos representas,
que eres un buen Syrah, de equilibrio y vida.
Que eres de 12 denominaciones distintas,
el líder de variedades, blancas y tintas.
Tengo que quererte, compartirte, que no puedes faltarme
en mi momento de vivir, de olvidar rutinas,
en ese instante de brillar frente al mundo.
Tus tragos de nuestras sonrisas son dueñas,
la alegría de pregonar un buen vino, de crear tendencia,
de brindar contigo, con tu #DenominaciónValdepeñas.
Espero os haya gustado, tanto o más, como yo disfruté de esa velada de copa y poesía.
Nos vemos en el próximo poema.
