Después de un año de mi última presentación de mi libro y que hemos tenido que adaptarnos a las nuevas tecnologías, escribo un recuerdo de cuando las distancias no existían.  La movilidad, los abrazos, los besos, las demostraciones de amor, del afecto eran tan normales.

Ahora nos adaptamos a otra forma de amar, a verbalizar o con mensajes diarios de afecto y para impulsar el animo, la fortaleza interna de cada uno de nosotros.

Desde el 13 de marzo de 2020 he practicado enviar cada día un mensaje de animo, un video, un emoticono para todos aquellos que en algún momento se han cruzado en mi camino.

Aprendo cada día a ser mejor persona a pesar de los inconvenientes, también aprendo a reinventar mis herramientas.

Gracias, gracias, gracia