Decía Paco Umbral: «Yo he venido aquí a hablar de mi libro, y se va a terminar el programa y no hemos hablado de mi libro».

A pesar de dedicarle tiempo a la lectura no se considera un buen lector, ya que son menos las veces que alcanza la última página. Y lo razona diciendo que: «Hay dos tipos de escritores, los que solo cuentan historias y los que cuentan historias que emocionan; proliferan los primeros».

Además, es asesor fiscal y analista informático.

La tragedia personal hace que Alejandro Folch-Raventos Caamaño decida a los quince años ser escritor profesional. Dotado de habilidades extraordinarias, es capaz de leer cuatro mil palabras por minuto y comprender todo lo leído. Una rareza, como otras, que suelen darse en personas que padecen ciertos síndromes. Sin embargo, Alejandro no tiene ningún padecimiento y será su propia evolución como persona, desde la adolescencia hasta la adultez, la contrapartida a su destreza.

En el camino, Alejandro recorrerá la historia de la literatura leyendo miles de libros y escribiendo relatos.

Es su objetivo: escribir una gran novela larga.

Pero será al leer el libro corto El Túnel, cuando comprobará lo fácil que resulta convertirse en un psicópata capaz de matar.