La tercera novela de la saga «Besos» es la guinda de Olivia Kiss: Solo un beso para encontrarte.

Tenía ganas de leer el tercer libro, pues la protagonista me parecía muy dulce, aunque al mismo tiempo es capaz de sacar su carácter en el momento preciso.

Sinopsis: Cuando Hollie Stinger era una niña, tuvo que soportar las burlas constantes de sus compañeros de clase porque era tímida, además de llevar gafas y aparato. Logan Quinn era uno de los cabecillas del grupo que siempre se metía con ella y, por desgracia, ha decidido volver a Sound River, el pequeño pueblo donde ambos crecieron.
Logan, el chico malo por excelencia, está de vuelta. Y una de las últimas cosas que esperaba al pisar de nuevo aquel lugar era descubrir que, durante su ausencia, Hollie había dejado de ser un patito feo para convertirse en un cisne. Broma del destino o no, sus caminos parecen cruzarse.

La curiosidad por la evolución de esta historia no me ha defraudado. Una vez más, las personalidades de los personajes son diferentes a los otros 2 libros y, sinceramente, este es el que más me ha gustado.

Quizás sean predecibles en algunos aspectos (como casi todas las historias de novela romántica) pero los tramas de estas historias son entretenidas y toman algún giro que las hacen más amenas y divertidas.