La escuela se empeña en usar libros, libretas, agendas… y todo tipo de materiales con actividades que implican no moverse de un pupitre.
Pero, como realmente se aprende, es jugando y experimentando.
Los niños y las niñas nos lo recuerdan, pero el currículum y los estándares nos hacen olvidarlo. Y al final conseguimos que se olviden de jugar entre ellxs libremente. Y aparecen los videojuegos y los dispositivos electrónicos que les absorben, y así pueden jugar quietecitxs y calladitxs, tal y como les hemos enseñado. Y después nos arrepentimos.
Y los niños y las niñas aprenden, pero las personas adultas no.