Descubre las primeras palabras de la aventura de YKA…

—Mis mejores deseos para tu nueva vida —dijo él dando por finalizada la conversación.

 

—Muchas gracias, Don Everardo —contestó la muchacha, despidiéndose ambos con un firme apretón de manos.

 

Estas fueron las palabras que supusieron para ella un punto de inflexión en su vida, generándole un potente torrente de extrañas sensaciones, ¿habría optado por el camino correcto o, por el contrario se arrepentiría? Con sus manos trémulas y la mente en estado de completa agitación, cerró la puerta del despacho y se marchó invadida por la inseguridad y la duda. Una vez en la calle, presa de un angustioso desasosiego, sintió que se precipitaba a un vacío titánico del que le costó algunos días emerger. Aquí comenzaba el principio del final o ¿quizás fuera el final del principio?

 

Cerró los ojos y prestó oídos a las nuevas emociones que balbucían en su interior, la soledad le hizo reflexionar, el tiempo la enseñó a añorar pero, solo cuando fue capaz de conjugar reflexión y añoranza, pudo establecer un juicio objetivo de valores que le permitió ponderar con más acierto la situación.

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