El «Abuelo Tirantes» bajó un día de los montes de La Esperanza, bajó viejo y ya cansado, para hacer frente al mismo Océano lo que hizo Antonio Machado en Collioure, «a orillas del Mar, ´bebiose´ sorbo a sorbo su pasado», bajó algo enfermo, pero con la cabeza lúcida y bajó para encontrarse con una sociedad en crisis, y en una crisis de las que hacen época.

He hecho buenas migas con él, porque él tiene necesidad de mucho hablar y yo de mucho escuchar, creo que nos hemos pasado la vida al revés, en sus principios él escuchó en demasía y yo hice lo mismo hablando y la vida tiende a compensar a todos antes de subirse a la barca «que nunca ha de tornar».

Hoy me comprometo, porque así se lo he prometido, a trasladaros fielmente sus monsergas, acoplando solo el estilo a las tendencias actuales.

Él habla y escribe en cuentos, en poesías, en notas sobre un bloc y de vez en cuando, elabora un ensayo social que llama una «colleja tras la oreja» que podríamos entender como una crítica a la sociedad que ve cuando anda por las calles.

Yo no me responsabilizo de lo que dice, si bien casi siempre estoy de acuerdo con sus opiniones y está claro que, cuando se equivoque, yo lo asumiré como compañero de camino.

Sus intervenciones siempre estarán presididas por el logo de su capa y sus muy entrañables tirantes.

Seguimos…