Pelitos y el Brujo de Dziuche
En28 agosto, 2019 | 0 comentarios | Sin categoría |

¿A usted le pasan cosas raras? Pues he de decirles que a mí sí, no son necesariamente misterios de ultratumba, aunque pensándolo bien… me ha pasado una que otra cosa. Creo que es por mi tremenda curiosidad, no me gusta quedarme con la duda, así que cuando hay algo que me llama la atención voy a por ello… Y en una de esas ocasiones me sucedió en Dziuché Yucatán.

Un pueblo pequeño y que no tenía más relevancia, excepto por un personaje que conocí en los 90’s llamado Jorge. Y era muy famoso porque era un curandero de lo más peculiar, alto, grandote, piel oscura, originario de Belice, y se le conocía como el «Brujo de Dziuché».

Fue muy interesante conocerlo, pero no conforme con eso me ofrecí a ayudarlo, bueno ayudarle si a eso se puede decir ayudar, estuve tres meses en su consulta. La mayor parte del tiempo la pasaba yo atendiendo a los pacientes, afuera de la consulta de Jorge, haciendo una consulta preliminar, entregándole mi diagnóstico previo y haciendo comparaciones con los diagnósticos que él hacía con un huevo.

Sé que esto le parecerá a mucha gente como extravagante, pero a ese recóndito lugar llegaban, todos los días, más de cien personas.

Empezábamos a las 4 am y terminábamos a las 6 pm, sólo hacíamos dos paradas para desayunar y almorzar, pero la consulta no se detenía hasta que no se terminaba de atender al último paciente.

No voy a contar en esta ocasión todo lo que vi, y las sorpresas con las que me comí la cabeza muchas veces. Ahora voy a centrarme en cómo nació el cuento de “Pelitos el Pelícano”.

Usualmente me acompañaban en Dziuché amigos y amigas a pasar la consulta. Pero uno de esos días Jorge se tuvo que ausentar para atender unos asuntos, así que nos quedó la mañana libre.

Había una laguna ahí cerca, así que decidimos relajarnos y pasar el rato en ese lugar. Había una cafetería a la orilla que estaba abandonada, pero podíamos acomodarnos y tomar asiento en un pequeño muro que estaba alrededor.

Comúnmente los techos de las casas en Yucatán son de paja de guano para contrarrestar el calor y la cafetería tenía uno, que aún protegía bastante bien, así que mientras yo tocaba la flauta, una de las amigas leía algunos pensamientos de algún libro, hacíamos reflexiones sobre el tema.

Empecé a tocar mi flauta cuando repentinamente entró al local un pelícano sorprendido por la música, tenía una graciosa calva con tres plumitas. Nos quedamos mirándonos por la presencia del pelícano y su insistencia de escuchar la flauta, y estuvo un buen rato hasta que nos retiramos.

Comentamos lo curioso del incidente, pero fue una experiencia que me dejo pensando mucho tiempo. Lo más curioso es que el pelícano de amables ojos y su pequeña calva me hizo recordar a mi amigo el pintor Mark Callaghan, con quien me estrecha una fuerte amistad, un compañero de un sin fin de aventuras.

La laguna, el pelícano y conociendo la sensibilidad del trabajo de mi amigo, fueron dándole en mi mente forma al cuento. Después como todas las cosas, fue tomando su propio rumbo.

Las experiencias de pelitos el pelícano, me ayudaron en momentos difíciles en que mi seguridad se veía tocada por las circunstancias.

Un día Jorge me llamó a su consulta, habían pasado tres meses y me comentó que era tiempo de que partiera, que regresara a casa a atender mis asuntos.

Le di las gracias y me despedí de todos.

A Jorge no lo volví a ver, excepto en una ocasión en la que pasaba por ese pueblo y casualmente nos cruzamos, él iba en otro coche, bajo para saludarme y hablar un poco.

A Jorge le iba muy bien, me comentó que había hecho un hotel para que pernoctaran los pacientes y había regalado una escuela para el pueblo.

Un tiempo después me enteré de que había fallecido, de un infarto.

Pasó mucho tiempo antes de recuperar el cuento de Pelitos el Pelícano, que se había quedado empolvado entre muchos otros.

Ahora deseo que, como Pelitos, Jorge haya encontrado esos lugares que Pelitos el Pelícano nos muestra en el cuento.

Una enseñanza del Cuento: https://youtu.be/Gi9o1QQAJU4

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