Propósito ……
En10 noviembre, 2021 | 0 comentarios | Sin categoría |

Visualización de un funeral

La manera más «potente» que conozco para identificar el PROPÓSITO VITAL a largo plazo, la descubrí en el libro Los siete hábitos de la gente altamente efectiva de Stephen Covey.

A través de un ejercio de visualización, podremos determinar claramente nuestro «para qué» hemos venido a este mundo y a partir de esas reflexiones podamos actuar en nuestro día a día, en consecuencia, para poder llegar a ser esa persona ideal, que hemos «visualizado» en nuestra mente.

Por favor, para leer lo que sigue a continuación, busca un momento y un lugar tranquilo, donde estés a solas y nadie te pueda interrumpir.

Suprime todo de tu mente, salvo lo que vayas leyendo. Olvida tu agenda, tu negocio, tu familia, tus amigos. Dirige hacia este texto toda tu atención y abre la mente.

Imagínate, lo más nítidamente que puedas, estar asistiendo al funeral de un ser querido.

Imagínate conduciendo tu coche al velatorio, aparcando cerca de la capilla y saliendo del coche.

Mientras caminas dentro del edificio adviertes las flores, la suave música de órgano. Ves los rostros de amigos y parientes. Sientes la pena compartida de la pérdida y la alegría de haber conocido al difunto que irradia de las personas que se encuentran allí.

Cuando llegas al ataúd y miras dentro, de pronto quedas cara a cara contigo mismo. Ese es TU PROPIO FUNERAL.

Todas esas personas han ido a rendirte un último homenaje, a expresar sentimientos de amor y aprecio por tu persona.

Cuando tomas asiento y esperas a que comience el servicio religioso, miras el programa que tienes en la mano.

Habrá cuatro oradores:

El primero pertenece a tu familia (la familia inmediata y la extensa: hijos, hermanos y hermanas, sobrinos y sobrinas, tíos y tías, primos y abuelos, venidos desde distintos puntos del país).

El segundo orador es uno de tus compañeros de pádel, en representación del resto de compañeros, alguien que puede hablar de lo que fuiste como jugador en la pista y fuera de ella.

El tercer orador es un colega o compañero de trabajo.

Y el cuarto proviene de alguna organización comunitaria en la que hayas servido.

Ahora piensa profundamente.

          ¿Qué es lo que te gustaría que cada uno de esos oradores dijera de ti y tu vida? ¿Qué tipo de esposo o esposa, padre o madre, te gustaría que reflejaran sus palabras? ¿Qué clase de hijo, hija o primo? ¿Qué clase de amigo? ¿Qué clase de jugador de pádel? ¿Qué clase de compañero de trabajo? ¿Qué carácter te gustaría que ellos hubieran visto en ti? ¿Qué aportaciones, qué logros quieres que ellos recuerden?

Mira con cuidado a las personas que te rodean. ¿Cómo te gustaría haber influido en sus vidas?

Tómate unos minutos para examinar tus impresiones antes de anotarlas.

Esta experiencia de visualización aumentará en mucho tu comprensión personal y realizada con seriedad se llega a alcanzar por un momento algunos de los valores más profundos y fundamentales.

Has establecido un contacto breve con tu «guía interior» que se encuentra en tu corazón.

Resulta increíblemente fácil caer en la trampa de la actividad y de las adicciones, en el ajetreo de la vida y en sus placeres, trabajar cada vez más para trepar por la escalera del éxito, y descubrir finalmente que está apoyada en la «pared equivocada».

Qué distinta puede ser nuestra vida cuando sabemos qué es lo verdaderamente importante para nosotros, y, manteniendo ese cuadro en mente, actuamos cada día para ser y hacer lo que en realidad nos interesa.

Como señaló el gran Stephen Covey en su aclamado best seller

Los siete hábitos de la gente altamente efectiva:

«Me he pasado la vida subiendo escalones de una escalera, para, al final de mis días, descubrir que tenía apoyada la escalera en pared equivocada».

Resulta increíblemente fácil caer en la trampa de la actividad, en el ajetreo de la vida, trabajar cada vez más para trepar por la escalera del éxito, y descubrir de repente, con sorpresa, al final de la vida, que teníamos apoyada la escalera en la pared equivocada.

Según mi interpretación, la «pared equivocada» simboliza la traición a uno mismo, a nuestra propia esencia, a nuestros propios deseos. La «pared equivocada» no serían más que los sueños y/o las expectativas de otros. Si la escalera no está apoyada en la «pared correcta» cada peldaño que subamos, no hará más que acercarnos al lugar erróneo… alejándonos por tanto de nuestra propia esencia vital.

En este capítulo acabamos de reflexionar sobre el Propósito y la importancia que tiene como «pilar» en nuestras vidas, nuestro ¿para qué has venido al mundo?

Extraido del libro: «Padel, como la vida misma» de Juan Carlos Pérez Molina

 

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