Relaciones líquidas y sufrimiento emocional
En1 marzo, 2024 | 0 comentarios | Sin categoría |
Hoy leía un artículo de El País donde hablaban de las «situationships», nombre con el que se describen aquellas relaciones que no pueden ser definidas: «no somos pareja, no somos novios, no somos amigos, no somos…». Conectado a lo que se ha dado en llamar Efecto Tinder, encaja a la perfección con lo que Bauman llamó relaciones líquidas.
No creo que haya nada que objetar al hecho de que dos personas adultas, en ejercicio de su propia libertad, deseen tener una relación, o una «no relación», de carácter instrumental (sexo o lo que sea) si ambos así lo desean y lo aceptan.
En mi experiencia clínica esto no es lo habitual. El carácter asimétrico y complementario de las relaciones no permite con facilidad la aparente inocuidad de este tipo de relaciones. Nuestra necesidad de ser mirados, reconocidos y amados, nos lleva a ciertas dificultades cuando en cualquiera de estas relaciones, el otro o la otra (el más evitativo/a), manifiesta su desapego o su desinterés en la relación o en el otro. El miedo a la intimidad emocional, a la posición de vulnerabilidad, que la desnudez afectiva provoca; así como el pánico al compromiso y a la responsabilidad, afecta por igual a hombres y mujeres, la adolescentización es común en los tiempos actuales donde triunfa lo efímero y lo líquido. Esto implica un determinado nivel de sufrimiento y de angustia en este tipo de relaciones. El/la más evitativo/a deja de serlo si el otro aparta la mirada, si el otro en su desapego toca nuestra herida original de desamor.
La huida narcisista en las relaciones actuales es un problema de primer orden. No se puede escapar a lo que caracteriza a nuestra especie: la vulnerabilidad y la fragilidad.
Aquí os dejo el artículo de El País al que hago referencia:
Puede ser una imagen de masa de agua

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