La génesis
En28 agosto, 2019 | 1 comentarios | Sin categoría |

 

La conducta del sátrapa nació de una forma alocada, tormentosa y diría que casi convulsa. Nunca lo sabré con certeza. Empezaban a cruzarse en mi mente varias ideas que se iban fijando y enlazando cada vez con más fuerza y de tal forma que, finalmente, dieron como fruto esta novela. Corría el mes de junio del año 2012, ya ha pasado bastante tiempo desde aquel momento, y me encontraba en Madrid. En el momento de tomar la determinación de empezar a esbozar la historia, hacía meses que estaba volcado en otro proyecto literario. La que iba a ser mi primera novela, en un estado bastante avanzado, se encaminaba irremediablemente hacia el profundo sueño del olvido al amparo de un cajón de escritorio. Las ideas apretaban y apretaban con más fuerza hasta ir encorsetando la construcción de la narración. Una de estas ideas era la falta de agua que padece nuestra tierra y la explotación indebida de ella. Cuando tienes la posibilidad de viajar por nuestra geografía disfrutas de la belleza de los paisajes que la Naturaleza te regala en cada uno de los parajes con los que te topas. Pero, al mismo tiempo, sufres la angustia de contemplar lo que la mano del hombre es capaz de hacer con ella. Es por esto, que el hombre, los hombres, los personajes, comenzaban a cobrar vida en mi interior como verdaderos responsables de lo que en la novela se iba a contar.
Por otra parte, reflexionar sobre la Naturalza también te invita a imaginar el futuro que está por venir con todas las consecuencias que eso conlleva: la desigualdad social, la porfía entre la tecnología y el atraso, unido al devenir político absolutamente incierto, hacían que fantasear acerca del mundo que podemos dejar a las generaciones venideras también me pareciera apasionante.
La conducta del sátrapa es la conducta de los hombres, de las personas y eso significa exhibir su grandezas y sus miserias. Esta historia habla de lealtad, de compromiso con la justicia, la humana y la social, pero también de ambición, de engaño y usura. Es la narración de quien relega la cultura hasta un gueto en mitad de la nada porque, sencillamente, es algo que no forma parte de su vida. Es el relato de quien disfruta acariciando el poder despreciando todo lo que se cruza en su camino. En suma, es la puesta en escena de un país delirante. Porque delirantes somos cuando perdemos la cordura.

Comentarios 1
Anónimo Publicado el 28 agosto, 2019 a las 7:36 am   Responder

Dejar una respuesta