Marzo es el mes de la mujer, por distintos motivos, lo consideramos como el mes dedicado a las mujeres. Pero a veces olvidamos por ideas partidistas que todas las mujeres están incluidas, sin importar la clase social, las tendencias políticas, las creencias religiosas, la raza, los estudios…, o cualquier clasificación atribuible a todo ser humano.

El feminismo, tiene y adquiere todo su sentido, cuando se trata de visualizar, los menoscabos sociales que sufren las mujeres por el simple hecho de serlo, en luchar por la igualdad de derechos, pero lo pierde cuando solo contempla a las mujeres de la ideología de quien esgrime las pancartas y se olvida de defender y protestar por las mujeres que no son por así decirlo correligionarias de la mujer que cree tener la verdad absoluta.

Sin querer meterme en ideas políticas, ni en discusiones sobre machismo y feminismo, sólo diré, que al final todo es un problema de educación, si somos capaces de educar a nuestros pequeñ@s en la más firme convicción de la igualdad simplemente por ser persona, por ser un ser humano, y no estar siempre solicitando la igualdad por genero, raza, religión, o cualquier objeto identitario plausible de diferenciarnos, nos ahorraríamos muchos quebraderos de cabeza; pues por lo general, cuando un grupo sale de la condición de «paria», otro grupo ocupa su lugar y vuelta a empezar.

Esta página es sobre poesía y literatura, por lo tanto durante este mes publicaré relatos y poemas dedicados a las mujeres. Empecemos con el primero de los textos.

 

AMOR DE MADRE

Tus ojos revelan la lágrima caída en el descuido,

que la sombra de una duda no supo ocultar,

hace ya tiempo que las nieves sonrieron al ocaso,

sin que la urdimbre lechosa de tu seno,

retome la tangente elíptica de un recuerdo,

sordo al grito benevolente de un llanto,

improvisado en cada arruga, al solicitar,

la mano que acaricia tu ajado rostro.

El  columpio del parque cimbrea la soledad

de los besos, que tras la caída, todo lo curaban,

abierta la herida de la ausencia de tu nombre

en dorado escrita sobre la gélida losa alba,

la duda apura en mi garganta, una suplica,

por volver a sentir el candor de tu mirada,

una vez más…, madre…,

para entre tus brazos, volver a ser niño.

 

 

LIBERTARIA

El agua resbala, en cursiva, sobre tu piel,

desnuda y vencida,

dibujando estrategias sobre tinte morado,

no hay palabras ni consuelo merecido,

ni tan siquiera las lágrimas amortajan

la paranoides ideas que el sueño no calma.

La noche cubre con su manto el silencio,

que la brisa del alba no acalla,

tus manos tratan de sonreír en el duelo,

al no haber recibido alguna caricia,

que atenué el dolor de la ausencia,

¿no hay paz? preguntan tus ojos,

mientras el aire corta la frágil costilla,

mientras puedas, recoge las flores,

para que no sean otros ciegos,

los que las posen en tu epitafio,

tras falsos lamentos.

Respira el infinito de un segundo,

no mires atrás dejando constancia,

libera tu mente de prejuicios…,

vive siendo tú,

sin el temor a que el oxigeno

duela cuando deba ser respirado…