EL GRANJERO FLEMING
En3 septiembre, 2019 | 0 comentarios | Sin categoría |

Su nombre era Fleming y era un granjero escocés pobre. Un día, mientras intentaba ganarse la vida para su familia, escuchó un lamento pidiendo ayuda que provenía de un pantano cercano. Tiró sus herramientas y corrió al pantano.

Allí entró hasta la cintura en el estiércol húmedo y negro. Se trataba de un muchacho aterrado, gritando y esforzándose por salvarse. El granjero Fleming salvó al muchacho de lo que podría ser una lenta y espantosa muerte.

Al día siguiente llegó un elegante carruaje a la granja. Un noble elegantemente vestido salió y se presentó como el padre del muchacho que el granjero Fleming había ayudado.

Yo quiero recompensarle –dijo el noble-. Usted salvó la vida de mi hijo.

No, yo no puedo aceptar un pago por lo que hice –contestó el granjero escocés.

En ese momento el hijo del granjero vino a la puerta de la cabaña de la familia.

¿Es tu hijo? -preguntó el noble.

¡Sí! –contestó el granjero orgulloso.

Le propongo un trato –dijo el noble-. Permítame proporcionarle a su hijo el mismo nivel de educación que mi hijo disfrutará –dijo. Si el muchacho se parece a su padre, no dudo que crecerá hasta convertirse en el hombre del que nosotros dos estaremos orgullosos.

El granjero Fleming aceptó, por tanto, que su hijo asistiera a las mejores escuelas y, con el tiempo, se graduó en la Escuela Médica del St. Mary’s Hospital en Londres y siguió hasta darse a conocer en el mundo como el renombrado Dr. Alexander Fleming, el descubridor de la penicilina.

Años después, el hijo del mismo noble que fue salvado del pantano, se enfermó de pulmonía.

¿Qué salvó su vida esta vez?

La penicilina…

El nombre del noble era Sir Randolph Churchill y su hijo era Sir Winston Churchill.

 

Recuerda siempre que TODO LO QUE DAS RECIBES.

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