¿Cuáles son tus santuarios?

Todos deberíamos tener un lugar al que ir cuando las cosas se ponen feas, cuando necesitamos escapar.

De lo que no puedes huir, por muy lejos que te vayas, es de ti mismo.

Por ese motivo, un santuario ha de ser un espacio en el que no reverberen los ecos de tu conciencia.

¿Cómo saber si has encontrado tu sitio?

Lo sabrás, porque este te invitará a subirte en su lomo y ambos os agitaréis como luz danzante hacia lugares exentos de cadenas y pensamientos oscuros.

Lo sabrás, porque te dará igual involucrarte de forma insensata en terrenos demasiado poéticos de bellezas sugerentes y mundos de fantasía.

Lo sabrás, porque cuando uno necesita estímulos, y lleva toda la vida buscando un hogar, sabe apreciar al calor de una lumbre.

Ese lugar adonde ir

Tu templo podría no ser un lugar concreto, quizá sea un estado mental, una simple canción u otra alma sensible con la que entrelazarse.

Tendrás que salir a buscarlo, sin descanso, y a quienes te pregunten por él has de responderles:

¿Dónde está el vuestro?