El arrastre
En17 noviembre, 2020 | 0 comentarios | Sin categoría |

Hasta ese preciso momento ni siquiera me había dado cuenta de que en los últimos días no había sido responsable de inspiración o espiración alguna.

No era dueño de un existir consciente, tan solo propietario de una supervivencia maquinal, instintiva, alejada de cualquier conexión con el mundo externo.

¿Acaso había respirado?

Lamentablemente, no podía contestar a tal pregunta.

Lo que sí se sentía es el arrastre, esa inercia en la que todos nos vemos atrapados muchas veces.

Es una especie de atontamiento, de hipnosis.

Es como estar montando en un carrusel que no para de girar y te voltea a su antojo.

Tú te quedas inmóvil, viendo pasar la existencia, contemplando cómo los días se escapan sin poner sobre la mesa tus sueños.

Y ya no sabes ni dónde has dejado tu propia felicidad.

Entonces, gritas:

¿En verdad no he podido encontrar en todo este tiempo al menos un instante para detener mis pasos y respirar?  

¡Tan solo respirar!

¡Tengo que luchar por mi propio oxígeno, lo demás es dejarse arrastrar!

Dejar una respuesta

  • Más artículos