Tengo un cajón de sueños olvidados,

maloliente y desbordado,

como el agua la ilusión estancada se pudre,

como el agua entre mis dedos se han escapado.

Tengo un cajón de sueños olvidados,

¡no lo abras que duele! déjalo cerrado.

Ahora al probarme antiguas prendas no me siento abrigado,

las de niño me producen ternura, su dolor he olvidado,

el luto adolescente de negro sufre,

corazón roto ¿Quién dijo que el amor es copado?

Tengo un cajón de sueños olvidados,

¡no lo abras que duele! déjalo cerrado.

De joven me comía el mundo y terminé empachado,

con ganas de vomitar ilusiones al descubrir que solo yo, estaba a mi lado.

Los sueños de otros matan propios, noches de incertidumbre,

¿Por qué debo ser el barro que otros esculpen?.

Tengo un cajón de sueños olvidados,

¡no lo abras que duele! déjalo cerrado.

Tenía y gastaba, tenía y no soñaba, acumulaba,

en busca de la felicidad adeudada,

pero parecía llegar tarde donde nunca pasó nada.

Obedecía el mandato de mis padres

familia, mucho trabajo,  domingos paseados,

pero mi mente a diario volaba fuera de los zapatos.

Tengo un cajón de sueños olvidados,

¡no lo abras que duele! déjalo cerrado.

Llegué a última hora pensando:

Pocos vi comer de su vocación,

no es más que un sueño olvidado.

Aun así dormí toda mi vida ¿Y qué hacer con mis sueños soñados?

 Pues fabrique un cajón donde los tengo guardados

¡no lo abras que duele! déjalo cerrado.

 

 

Y ya sabes…

Si me sigues escribo .-. Escribo si me sigues

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