Era la noche, noche,
en las calles dormidas.
Caminas muerte,
con la guadaña erguida.
Me acerco a ella
con la mano tendida.
Aquí estoy si me buscas,
¿acaso termina mi vida?
Tu visita has demorado,
silueta temida.
Pocas ilusiones tengo
digo cuando se aproxima.
Sólo una cosa te pido,
Dama Negra, amiga,
que sin dolor sea el tránsito
a la nueva vida.
Sonríe al mirarme
la desconocida,
no quiero dañarte
responde, comedida.
En la noche, noche,
ya de amanecida,
despacio se aleja,
la muerte presentida.