En mi próximo libro, que calculo pueda salir a la luz en el próximo mes de abril, recojo en sus conclusiones finales:

«El oficio o el arte de la psicoterapia debe estar impregnado, e incorporar, una visión crítica sobre las imposiciones que la sociedad y la cultura ejercen en nosotros, para así poder ayudar a los individuos o a las familias en proceso terapéutico, a una reflexión sosegada sobre la importancia del ejercicio de la libertad y del respeto a los vínculos naturales con nuestros sistemas. En síntesis, conciliar, de una parte, cómo pertenecer y responder saludablemente a nuestros sistemas de referencia (familia, sociedad, cultura) y, de otra, cómo ejercer la propia voz y la libertad cuando las lealtades que se nos imponen desde nuestro entorno relacional entran en conflicto con nuestros deseos y necesidades de crecimiento emocional» (p. 379, De Pablo, 2023) («Rastros y huellas en las fronteras de la psicoterapia sistémica», Tomo I. Rastros).