El hombre está cuestionado, como varón y como padre. El avance del pensamiento crítico feminista y sus propuestas, necesarias para la igualdad real, y la nefasta influencia del modelo hegemónico heteropatriarcal, han fabricado un varón que se debate entre el arcaísmo del macho dominante, anacrónico y autista, y la fluidez de un tipo de hombre suave e inocuo, descontento de sí y de su levedad existencial. De otra parte, el padre está desaparecido, su muerte legal y cultural alimenta la deserción de los hombres respecto de su tarea vital, soñando una adolescencia perpetua e improductiva. ¿Cómo construir una masculinidad alternativa, digna y libre que proyecte una paternidad saludable para el crecimiento psicosocial de los hijos?

En la imagen Eneas, Anquises y Ascanio de Bernini, Galería Borghese (Roma).

Eneas huye de Troya tras su destrucción y saqueo, cargando sobre sus hombros a su anciano padre Anquises y a su hijo Ascanio. El héroe de Virgilio en esta imagen sintetiza la conexión patrilineal, el amor y respeto al padre y la búsqueda de trascendencia a través del hijo. Durante bastante tiempo esta imagen fue mi apuesta como portada del libro. Al final no pudo ser.