Esta primera obra es la concreción de un deseo oculto y reprimido durante años. Queda mucho camino por recorrer y aprender. Se convirtió en la llave que liberó a mi alma, a una mente inquieta y a un corazón que rebosa de amor para dar de todas las formas que sean posible.
Mucho de lo que está escrito en esta obra refleja eso que soy, lo que siento y, por qué no, parte de lo que viví durante el año 2020, cuando nuestras metas y deseos se sumieron en un sueño profundo debido a la pandemia que atravesó el mundo por el coronavirus.
Cuando el letargo de las horas de encierro se hacía insoportable, la tecnología fue un buen aliado para sobrellevarlas y olvidarnos así por un rato de la triste realidad que nos imponía el virus Covid-19 que acechaba a todos.
Surge así la historia de Zenobia y Nahuel, se conocen durante la pandemia a través de internet y pasan sus horas intercambiado mensajes, fotos y vídeos convirtiéndose en amantes virtuales. La conexión que sienten traspasa la pantalla de sus celulares borrando las distancia que los separan y anhelan el momento de conocerse personalmente para comprobar si esa conexión es real y cómo sobrellevar el romance siendo tan diferentes.
No es una clásica novela romántica, aquí se entremezclan el amor, la pasión y una conexión espiritual como una estrategia inconsciente para sobrellevar la pandemia.