Otro día más que llueve
tras estos cristales.
El eco de mis pensamientos
había olvidado
lo que era el rumor del viento.
Otro día más que llueve.
La lluvia se estrella en el suelo,
los truenos gobiernan el cielo…
Encerrada tantos días
entre libros de silencio,
solo se oía el eco
de mis recuerdos.
Otro día más que llueve,
pero hoy
los fantasmas de mi pasado no me siguen.
Abro la ventana.
Susurros en el agua,
un trueno espantó las tinieblas,
la lluvia ahogó la tristeza
que, al igual que en un cuento
se deshizo como las brujas.
Y ahora que deja de llover,
el olor a hierba fresca
me recuerda mi idiotez,
perdiendo el tiempo
con tu ausencia
mientras tú crees ser feliz
en brazos de cualquiera.