Cuando empecé a escribir, busqué por la red diferentes talleres que me ayudaran en esa ardua tarea. Me topé con blog, en el que había varias personas diciendo que era absurdo pagar esos cursos, que no se podía enseñar a escribir… En fin, os diré, que si se necesitan esos cursos, que si lo que pretendes es hacer una obra que te enganche y sus personajes se queden contigo de por vida, es necesario realizar varios cursos, si no, tendrás una obra mediocre que no conseguirá salir a flote. De momento he realizado cuatro, y entre ellos no tiene nada que ver la temática. El de escritura creativa te ayuda con los infernales bloqueos del escritor, esa temida página en blanco que te persigue hasta en sueños. Con el de Redacción y estilo aprendí, entre otras cosas, a dar buen uso a los signos de puntuación; parece una tontería, pero cuando te ponen un texto sin ninguno, y los tienes que añadir tú, ves lo complicado que resulta. El de narrativa me enseñó a crear unos personajes y una atmósfera adecuada para lo que quería expresar como narradora. Lo más importante y que jamás se me olvidará, es que el narrador no tiene pensamientos, son los personajes los que hablan. Me costó bastante, ya que en mis inicios escribía artículos de opinión, así que mi narrador siempre hacía juicios de valor. Y por último tenemos el de género negro. Crear tensión para que el lector siga leyendo, es lo más difícil que existe.

Finalizo ya mi monólogo. Como habéis podido comprobar, estoy a favor de los cursos, y cuantos más se hagan, mejor escritor/a acabarás siendo.