HISTORIAS DEL MIEDO 3: El miedo del espejo
En11 noviembre, 2021 | 1 comentarios | Sin categoría |

HISTORIAS DEL MIEDO 3

 

El miedo del espejo

 

Antes las películas y libros se clasificaban con censura según la edad, este capítulo se podría poner para mayores de cuarenta o cincuenta ¿porque? Muy sencillo, porque a partir de esa edad la mente decide volverse idiota en relación al paso del tiempo. Los más jóvenes podréis entender algún comportamiento ridículo de vuestros padres. Me explico, todos sin discriminar la fecha de nacimiento tenemos los mismos gustos, anhelos, sueños, deseos y otros cientos de sinónimos para decir que pensamos igual. ¿Dónde está el terror? en la gente de mi edad el diablo se esconde detrás del espejo. Ese artículo maldito refleja a un maduro arrugado de ojos tristes y piel ajada donde cada surco escribe y cuenta los golpes y desengaños que ha ido coleccionando a lo largo de los años. Una pregunta para los menores que están saltándose la censura y están leyendo esta entrada ¿Acaso pensáis que no me avergoncé yo de mis mayores o no me reí del cuarentón ridículo que lo daba todo en la pista de baile? Cuidado, que sin darte cuenta estas en el otro lado del espejo.

Yo que ya acabé de contar los cuarenta y , las noches que «mi amigo el miedo» me lo permite, fantaseo con ser el revulsivo inédito de mi Atlético de Madrid marcando goles imposibles, escuchando como los periodistas deportivos no dan crédito a que un tipo de mi edad sea el mejor jugador de la historia. Esta el clásico de la primitiva donde me gasto las docenas de millones que tengo en casas, coches y en festejos diarios con amigos donde las comilonas, las noches de alcohol y desenfreno van viajando: hoy en Madrid mañana en Valencia, pasado en Málaga, el siguiente a por marisco a Galicia, etc. Otras noches sueño en viajar con mi mujer y después de probar todos los deportes de riesgo que ofrece las instalaciones del resort en primera línea de playa con «todo incluido», paso la noche sin dejarla dormir con posturas de contorsionista. Aclaro que,  por ahí se cuela algún circuito de carreras donde gano un gran premio de Fórmula 1 y rápido cambio de vehículo para ganar en Moto GP.  Al terminar la celebración del podio un viaje a Estados Unidos para ganar un partido de la NBA, siendo la estrella del equipo por supuesto.

En resumen, tener la vida económica resuelta y ser admirado y a la vez pasar desapercibido para no perder mi libertad. Ni tan mal.  Lo único que no sueño es una nueva historia de amor, si de algo estoy orgulloso y convencido es que en ese campo ya me toco la lotería.  De lo que se tiene no se sueña, por eso de momento tampoco lo hago con la salud, seguro que al que le falta o lo anhela lo agrega a estos delirios que acabo de compartir. La pregunta ¿los de veinte y no sueñan lo mismo? Respondo, si, lo hacen. La diferencia es que ellos no conocen el «tiempo de recuperación en boxes».  Eso me contó Javi un sobrino murciano que por su «culpa» he retocado esta entrada al blog que ya tenía escrita. Tapeando con él y su encantadora chica Sofía me di cuenta que nuestras mentes funcionan igual, el viejo es el cuerpo. Esa trinidad de la que hablan los bíblicos esta coja, no sé si será el Padre, el Hijo o el Espíritu Santo, pero uno de ellos se marchita con el tiempo. Si mi Alma sigue llena de energía y ganas, mi Mente llena de planes y deseos ¿Qué la pasa al cuerpo? Míralo ahí está, tirado en el sofá cansando de pensar y deprimido por no poder acompañar a las ganas que tiene. ¿No será que el cuerpo lo hizo el demonio?

Me lo preguntó porque siempre a él se le ha otorgado ser Padre del miedo. Todo lo abstracto es inmortal y poderoso como la energía del alma y las ideas del cerebro pero, lo material, lo tangible se marchita de forma irremediable.  Si lo divino es eterno, el resto ¿Quién leches lo hizo? No sé si sería el diablo pero seguro que era un cínico cachondo que se sigue riendo de ver nuestra frustración. Lucifer o en su traducción «El portador de la luz» o el conocimiento ¿conocería la chapuza que estaba haciendo, o somos un primer intento? Porque vamos, nos podría haber hecho algo mejor, aunque eso lo dejo para la siguiente HISTORIA DE MIEDO «Estamos mal hechos»

FDO. Javier Rubio Barberá

Comentarios 1
Alicia Publicado el 29 diciembre, 2021 a las 11:57 am   Responder

Me gustó. Reflexiones muy interesantes.

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