Muchos de vosotros os preguntaréis ¿Cómo empiezo mi primer libro? ¿Habrá algún método especial para comenzar a escribir? Son preguntas bastante lógicas y válidas, pero a decir verdad y aunque en muchos aspectos es cierto que necesitamos algunos métodos para comenzar a escribir nuestro primer libro, también es cierto que – aunque os suene algo cliché – cada cabeza es un mundo, todos manejamos las situaciones, los conflictos internos, las ideas, y las visitas de las tan anheladas musas a vuestro propio estilo. Si estáis esperando una formula exacta para escribir tu novela, o alguien te dice que existen maneras correctas o incorrectas de empezar ¡Jamás comenzaréis a escribirla! Solo anímate, coge papel y lápiz – aunque es esta época ya nadie usa papel y lápiz, así que también aplica a que cojáis vuestros ordenadores o tabletas – escribe frasecillas, oraciones, describe a algún personaje que te hayan venido a la mente, no necesitan tener algún tipo de interconexión aún, incluso a veces, ni siquiera estaréis pensando en escribir un libro como tal.
Os dejaré mi historia, el cómo encontré una perfecta manera de expresar lo que quería con la escritura, del como comencé a escribir. Aunque muchos no lo saben, y creo que es la primera vez que digo esto en público, en realidad mi primer libro fue hace muchos años – no digo cuantos porque podrían sacar cuentas -, tenía como 13 o 14 años, era amante de dibujar – sigo siéndolo – y escribí sobre un grupo de jóvenes con extraños poderes, aunque mis dibujos eran un poco fuera de lo que podríamos llamar común – sobre todo porque los dibujaba haciendo sus malabares con sus extraños poderes y con poca ropa, desnudos para ser más claro– mi mamá veía esto y me alentaba a dibujar y escribir, siempre es bueno tener un soporte y mucho más cuando viene de vuestros seres más admirados, como vuestra madre o tías – en mi caso -. En ese entonces sabía que me estaba gustando el hacer historias, pero era más un asunto de dibujar que de escribir y aunque fuese algo ordinario y sin mucho sentido literario igual intenté darle forma a mi historia no solo con imágenes sino de igual forma con palabras. No comencé queriendo escribir un libro, una historia, comencé porque quería que entendieran lo que dibujaba y una cosa llevó a la otra, jamás pensé que años después me dedicaría a este mundo. Y he allí el detalle, muchas veces simplemente tenéis que abalanzarte y perder el temor de comenzar algo nuevo, de navegar por aguas desconocidas, de reinventarte y de avanzar y aprender cada día más – un consejo de un inmigrante que ha cambiado de país dos veces -. Lamentablemente, esa historia escrita y dibujada en hojas de cuaderno ya no existe, o al menos eso es lo que creo yo.
Durante muchos años – sobre todo en la adolescencia – escribí poemas, una forma sana de afrontar los problemas o las vicisitudes de la vida, y fui aprendiendo en esos instantes en el que dejaba caer todo el peso de mis situaciones sobre el papel que la inspiración no viene del mismo lado siempre, que cambia con el tiempo, con las situaciones, con el medio en el que te desenvuelves. En particular, para aquellos que me conocen personalmente, saben que tiendo a soñar mucho, y precisamente de allí surgieron mis personajes para La chica de la cinta azul – mis sueños son algo extraños, pero mi vida y mis pensamientos bastantes normales ¡No os asustéis! -. Me levantaba durante las noches a describir los personajes que había soñado, y un día decidí que sería interesante mezclarlos unos con otros y así surgió está novela.
Como podéis observar, tal vez mi inspiración surgió de una manera muy diferente a la tuya, pero allí estaba, solo tenía que organizar bien mis ideas y darle rienda suelta a la imaginación. Así que, si alguien os dice que hay reglar precisas para ser escritor, no es cierto, solo queda de vosotros dejar el miedo atrás y empezar a mezclar vuestras ideas, claro está que tenéis que estar bien organizado – a vuestra manera – una vez comiences a escribir. Escribir una novela puede llevarte mucho tiempo o tal vez sea poco, lo importante es que coloques todo tu amor a lo que estáis haciendo.