No le llames cuerpo. Llámale quinto cerebro.

Vivimos bajo el dominio de una inconmensurable torre de Babel de lenguajes, nombres, teorías e intereses contrapuestos en el ámbito de la salud y la enfermedad, lo que provoca que nos encontremos bajo el influjo de una abundantísima información a la vez que de una enorme desinformación. Esta circunstancia desorienta e incrementa la dificultad de seleccionar objetivamente los conocimientos realmente útiles y beneficiosos, provocando la paradoja de que cuanto más sabemos, más disperso y atomizado puede estar ese conocimiento. Incluso puede ser erróneo o falaz. En lugar de ayudarnos, tanta información puede agobiarnos y distanciarnos de nosotros mismos. Por esa razón, en este libro he simplificado al máximo y reformulado aquellos conceptos que he considerado más relevantes y útiles, vertebrándolos bajo un nuevo enfoque que facilite el acceso y el acercamiento al poder real de la mente y del cuerpo con respecto a la salud y la enfermedad.

El quinto cerebro es la clave. Es el gran cerebro que, como una unidad funcional inteligente, engloba y procesa todo el conjunto de propiedades preventivas y autocurativas naturales que poseemos. Es nuestro médico interior, un concepto conocido desde tiempos de Hipócrates, pero que ha sido marginado en favor de una medicina reduccionista, externalizada y artificiosa. Sin embargo, los propios conocimientos científicos y la evidencia empírica acumulada están demostrando que muchas antiguas creencias que habían sido consideradas falaces, son ciertas.

En los últimos años se ha incrementado el conocimiento de que además de nuestro clásico cerebro craneal, disponemos de otros cerebros capaces de tomar decisiones de forma independiente o conjunta. El más conocido y popular es el segundo cerebro, nuestro sistema digestivo, en especial la zona intestinal, poblada de una ingente cantidad de fibras nerviosas, neuronas y neurotransmisores. Y aún tenemos dos cerebros más, el corazón y el microbioma. El quinto cerebro aparece como una evolución natural de esa nueva realidad, erigiéndose en el gran cerebro que engloba e interconecta como una red, a los otros cuatro cerebros y a las distintas funciones psíquicas, nerviosas, inmunológicas, endocrinas, homeostáticas y regeneradoras de nuestro organismo. Es nuestro gran médico interior. Vela permanentemente por nuestra supervivencia.

El quinto cerebro abarca nuestro cuerpo entero. Pero no visto bajo una perspectiva tradicional anatómica y fisiológica que sume huesos, tendones, músculos, vísceras, fluidos…, sino bajo un enfoque funcional global y mentalmente inteligente. Porque nuestro cuerpo piensa. Se comunica. Tiene memoria. Emociones. Se coordina. Y puede ser muy sensible.

Cuando ignoramos, no escuchamos o no entendemos a nuestro quinto cerebro, cuando no lo respetamos o, simplemente, lo saboteamos, aunque sea inconsciente o involuntariamente, entonces no tan solo desaprovechamos sus beneficiosas y potentes capacidades autocurativas, sino que estas pueden volverse en nuestra contra, como sucede en las enfermedades psicosomáticas o en las autoinmunes. Por eso es fundamental conocerlo, cuidarlo y convertirlo en el mejor y mayor aliado de nuestra salud. A partir de ahora, no llames cuerpo a tu cuerpo, aunque ciertamente lo es, súbelo de categoría y llámale quinto cerebro. Siéntelo. Háblale. Cuídalo. Ámalo. Conecta con él.

Para comprender más fácilmente el concepto de quinto cerebro, imagínate un ordenador portátil. Este engloba toda una serie de elementos, ya sean pertenecientes al hardware o al software, como la carcasa, el ventilador, los cables, el disco duro, la placa base, los microprocesadores, las memorias, el modem, los programas, las aplicaciones… Todo ello, debidamente integrado e interconectado, permite su funcionamiento y la ejecución de sus utilidades. Pues bien, el quinto cerebro es como un ordenador biológico que engloba todos los componentes, programas y funciones de nuestro cuerpo y de nuestra mente. Incluye nuestro hardware y nuestro software personal.

Otra idea que también te puede ayudar a comprender mejor este concepto es que, de la misma forma que para utilizar un ordenador personal a nivel de usuario no es imprescindible ser ingeniero o técnico informático, para utilizar el quinto cerebro a nivel de usuario tampoco es necesario ser científico o médico. Por eso, el objetivo primordial de este libro es facilitarte un mejor acceso a las capacidades que tu mente y tu cuerpo poseen sobre tu propia salud, mediante un mayor conocimiento y cuidado de tu quinto cerebro a nivel de usuario. Además, tienes la gran ventaja de que, para utilizarlo, no hacen falta ni teclas ni botones, porque es virtual. Inteligente. Funciona con el pensamiento. Con tu asistente interior.

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