Las máscaras impuestas por los modelos hegemónicos
En5 agosto, 2022 | 0 comentarios | Sin categoría |
Si el varón enmascara sus emociones tras una coraza de invulnerabilidad y dureza que no permite vislumbrar al hombre y a su fragilidad; la mujer, cuando accede a la maternidad, se siente forzada a enmascarar sus dudas y sus dilemas en torno al cuidado y a la atención de los hijos. Los iconos de perfección de los modelos hegemónicos imponen a mujeres y hombres formas de funcionamiento que los lastran en su libertad emocional y expresiva. La madre perfecta debe mostrarse satisfecha y en plenitud con la experiencia de la maternidad; el hombre perfecto debe mostrarse fuerte e inalterable. Pero toda mujer ha de enfrentarse a los dilemas que comporta la experiencia de la maternidad y todo hombre ha de enfrentarse con su fragilidad consustancial. Dice Sancho (2020) en “Maternajes (imperfectos)…”:
“La máscara de la maternidad, según Maushart, acalla la rabia, y la transforma en murmullos; suaviza el dolor y le da forma de resignación. Es la apariencia de serenidad y control que permite que el trabajo de la mujer pase desapercibido en el drama de la vida humana; sobre todo, silencia el conocimiento y la experiencia de las mujeres, hasta el punto de provocar su ignorancia y su olvido. Si bien, en cierto modo, ocultarse tras una máscara puede resultar útil como mecanismo de defensa, apunta Maushart, en realidad es un arma de doble filo, pues la simulación puede llevar al sacrificio de la propia autenticidad e integridad” (p. 131) (Sancho, 2020).
(Imagen: “Maternidad” de Picasso, 1921)
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