Ética del reconocimiento
Apostamos en psicoterapia por una ética del reconocimiento que permita una relación cálida y cercana, que defienda la dignidad, que alimente la calma necesaria para habitar espacios de reflexión crítica. La moral con minúsculas, las normas morales impuestas, defienden determinadas relaciones de poder que responden a intereses políticos, económicos y/o religiosos. Estas normas nos obligan a dejar “dentro del armario” parte de nuestras necesidades, a invisibilizar partes importantes de nuestra identidad de género, sexual, emocional, de pensamiento.
Dice Mèlich (2014) en “Lógica de la crueldad”: “Una lógica moral es un lobo con piel de cordero, porque se nos presenta como una capa protectora cuando realmente solo protege a los que encuentran cobijo bajo su propio manto categorial, mientras que legitima la eliminación de los que han sido excluidos de ese mismo manto. Ella sostiene qué debe ser protegido. Sin embargo, detrás de esa supuesta protección se oculta un principio cruel: la legitimación del exterminio de los que no encajan en esa moral” (p. 33).