Este mundo no fue creado para ser perfectos, al contrario fue creado con el fin de enseñar y sobre todo de aprender. Ser tolerantes es una de las asignaturas pendientes del ser humano, aprender a aceptar a cada quién con su —por qué—, nos ayudaría bastante a aceptarnos a nosotros mismos, aún a pesar de nuestras imperfecciones, rarezas y defectos. Quien de verdad te quiere, te quiere tal y como eres, con tus defectos e imperfecciones, con tus heridas, cicatrices, rarezas… Lo que realmente importa, es que no tenga miedo, ni vergüenza, ni tan siquiera pudor de gritarle al mundo entero que eres esa persona que le roba su primera sonrisa del día, su primer beso, su primera caricia, y sobre todo, que eres esa persona que le alegra las mañanas y la que hace que cada día suyo sea como el primero.

Admiro un montón a la gente que aún conociendo los defectos físicos sobre todo de las personas con, (heridas, cicatrices irreparables, secuelas a causa de algún accidente, por una enfermedad o de nacimiento). Las ame por encima de todas las cosas sin importar lo superfluo y banal que pueda llegar a ser la vida. Y que para ellos sólo importen los sentimientos (los de verdad). A esos que son capaces de crear un universo perfecto, en un mundo lleno de perfeccionistas, con grandes imperfecciones. Que para ellos un beso, una caricia, una mirada tierna y de complicidad, un abrazo eterno, una sonrisa sincera borre todos los problemas que hacen de la vida de los demás un muro y sean capaces de convertirlo en felicidad.

El mundo es perfecto para ellos, sí, porque aún siendo imperfectos, no encuentran barreras para decir y hacer lo que verdaderamente les importa (amar y ser felices). Poco importan las cicatrices corporales, los defectos… Ya que segundo a segundo, disfrutan de una felicidad que sólo ellos saben darse.

Quédate con aquella persona que no mire tu chasis, sino el motor en sí y lo que pueda dar de sí el coche de vuestra vida. Quédate con él o ella, que te quiere, y valora por encima de todo, porque juntos podréis conducir el tren de vuestras vidas, lejos de complejos inseguridades e intolerancias. Quédate con él o ella, porque merece la pena, ser feliz y hacer feliz a los demás.