El puzle de mi revelación
Como ya adelantaba en una publicación anterior, la idea de hacer un libro surge entre marzo y abril de 2020, durante las primeras semanas de confinamiento.
Obnubilada por la incertidumbre, por no entender lo que estaba pasando en las calles donde antes transitaba con total libertad y sintiéndome confundida, pero extrañamente afortunada por las circunstancias que me rodeaban, seguí escribiendo (aunque más intensamente de lo habitual) mis emociones y reflexiones compartiéndolas con ustedes en mis perfiles de redes sociales.
Aprovechando el momento de inspiración que el destino me estaba regalando, decidí recuperar algunos de mis viejos poemas. Los volví a leer detenidamente e hice luego una selección con algunos de los más significativos y los agrupé, como piezas de un puzle, por semejanzas. Mientras los releía de nuevo, reviví los momentos que me llevaron a escribir aquellos versos y entonces, lo vi claro.
A veces, solemos ignorar lo que pasa justo delante de nosotros, pero después de aquellos últimos 5 años de continuos cambios, de todas las vivencias nuevas que estaba viviendo, y de todas las nuevas oportunidades que se me habían concedido, llegué a la conclusión de que en el pasado había estado viviendo un triste y solitario letargo emocional que, debido a las sucesivas decepciones amorosas, habían terminado causando en mí una tremenda inseguridad y una consecuente falta de autoestima.
Sin embargo, observé en la otra mitad de mis poemas una posterior evolución reflejada en mis contenidos, por lo que detrás de todo aquello había algo más…
Todos aquellos poemas reflejaban un profundo aprendizaje espiritual y personal. Y es que, como bien indico en la introducción de la obra, «aunque el desamor duele, no es eterno» y es una experiencia que, aunque a palos, nos enseña. El desamor es como una adicción y como todas las adicciones, superarlo requiere tiempo y es un proceso de desintoxicación como otro cualquiera. El desamor suele dejar secuelas, probablemente suframos recaídas, pero podemos superarlo. Y como en todo proceso de rehabilitación, el desamor también tiene sus fases.
Basándome únicamente en mi propia experiencia, dividí mis poemas en 10 capítulos que se corresponden con las 10 fases del desamor que he conseguido distinguir: el puzle completo de mi revelación al que titulé Los días que viví sin ti y que espero ya tengas en tus manos…
