Mujeres que corren con lobos de Clarissa Pinkola Estés

Mujeres que corren con lobos

Este maravilloso libro apareció en mi vida en un momento crucial, de encrucijada de caminos, de verme perdida. Fue una esperanza, poder volver a ver la luz entre toda la oscuridad que estaba viviendo. Fue escuchar las palabras Mujer y Salvaje y despertar. Que este libro ha marcado un antes y un después en mi vida, no es un secreto a voces, lo he dicho en la nota previa que da comienzo a 28 Lunas, está reflejado en la sinopsis en esta web y ahora lo vuelvo a reafirmar con esta entrada en la web. He prometido al grupo de Facebook al que tengo el honor de pertenecer LA MUJER Y LA LUNA, que había una entrada sobre el mismo y aquí está. https://www.facebook.com/groups/736582490461537/?ref=share.

Clarissa Pinkola escribe en el Prefacio del libro: «Todos sentimos el anhelo de lo salvaje. Y este anhelo tiene muy pocos antídotos culturalmente aceptados. Nos han enseñado a avergonzarnos de este deseo. No hemos dejado el cabello largo y con él ocultamos nuestros sentimientos. Pero la sombra de la Mujer Salvaje acecha todavía a nuestra espalda de día y de noche. Dondequiera que estemos, la sombra que trota detrás de nosotros tiene sin duda cuatro patas»

El símil que hace la autora sobre lobos y mujeres tiene mucha profundidad, no es casual, no es solo por nuestra naturaleza salvaje común, ni porque ambos mujeres y lobos, compartimos un territorio común: somos dos especies en peligro de extinción. Esta comparación va mucho más allá.

En la introducción Cantando sobre los huesos del libro Clarissa Pinkola explica lo siguiente: Los Lobos y las mujeres sanas comparten  ciertas características psíquicas: una aguda percepción, un espíritu lúdico y una elevada capacidad de afecto. Los lobos y las mujeres son sociables e inquisitivos por naturaleza y están dotados de una gran fuerza y resistencia. Son también extremadamente intuitivos y se preocupan con fervor por sus vástagos, sus parejas y su manada. Son expertos en el arte de adaptarse a las circunstancias cambiantes y son fieramente leales y valientes. 

Mujer y Luna

El arquetipo de la Mujer Salvaje que corre por mis venas, es la que ha salido cuando estaba preparada para aceptar que esa naturaleza vivía en mi. Siempre he sabido que la llevaba dentro, no nos es desconocida, pero como nos la han arrebatado desde niñas, cuando sentimos diferente, nos sentimos culpables por ello, e incluso miramos para otro lado.

Encontrar Mujeres que corren con lobos fue la reafirmación de quién era como mujer, de lo que sentía instintivamente. Que mi profunda conexión con la naturaleza, con los animales salvajes, mi extrema sensibilidad, mi empatía con los demás, la preocupación constante por el bienestar de mis padres, el querer cuidar de mis parejas, la llamada biológica de la maternidad, eran innatos en mi.

Cuando desconectamos de nuestra naturaleza salvaje para encajar en la sociedad, para ser queridas, para sostener puestos de trabajo no compatibles con la maternidad, para agradar a otros: pareja, amigos y familia, olvidando nuestro sentir, nuestros ciclos vitales, nuestra propia voz, viviendo disfrazadas para los demás, viviendo a diario con hambre de alma, desaparecemos.

Recuperar mi alma, ha sido mi camino. Como lo es para muchas mujeres cuando nace en ellas este mismo despertar.

En mi caso tenía 45 años cuando encontré Mujeres que corren con lobos, pero mi camino había comenzado mucho tiempo atrás, cuando mi madre le decía a los demás: Yolanda hace lo que quiere en la vida desde que cumplió los 18 años. Te hacen creer que eres una rebelde sin causa. Sin embargo, sí existe esa causa. Mi llamada «rebeldía», realmente era para llamar la atención, para decir, escucharme, estoy aquí y esto es lo que siento y quiero.

Ocultada bajo la rebeldía, no le daba voz a mis sentires, a toda creatividad que llevaba dentro. Nos convencen, o nos dejamos convencer para estudiar carreras que nos hagan ganarnos la vida, como nos dice muy claramente Alex Rovira en «La brújula interior». Otro de los libros que contribuyó a mi despertar.

Reconectar con la naturaleza salvaje

Aceptamos cosas, que no las que deseamos con el corazón, aceptamos seguir con parejas, porque no nos han enseñado a vivir en solitario, que no solas. No nos educan a decir que no, este no es mi compañero de vida, y aunque te quiero, no voy a casarme contigo, no voy a seguir el camino de la vida, junto a ti. Nos inculcan miedo, bajo capas de educación que no somos capaces de visualizar. Nos imprimen el temor a aventurarse en solitario, a buscar un maestro, temor a probar cosas nuevas, a no ser perfectas, a revelarnos ante la autoridad, a hablar claro. Y tantas otras.

Mis padres me amaron más que nadie en el mundo, no les considero responsables absolutamente de nada. Mi madre no me supo transmitir esa naturaleza salvaje (seguramente porque a ella, mi abuela, tampoco supo hacerlo), hasta que cerca de su final, se reconcilió con ella misma y me confesó que me comprendía, me pidió pendón que querer que yo fuera otra persona distinta de mi verdadero ser. Nos encontramos como personas, mujeres y madres.

Que sucedió al elegir todo lo anterior sin desearlo de verdad, que a los 28 también comencé otro proceso de transformación, otro crecimiento vital. Este apareció esta vez, en forma de enfermedad. Una enfermedad autoinmune que me vino a decir que le diera salida y voz a todo lo que tenía que decirle al mundo.

Poco a poco comencé a escribir. Las palabras eran las voces que gritaban lo que sentía en mi interior. Comencé a meditar, a hacer yoga, aprendí Reiki, a respirar profundo, a mirar en mi interior y dejar de vivir hacia afuera.

Así que a través de todas las experiencias vividas, de reconectar con mi naturaleza salvaje, con la mística inspiración, con el canal necesario para dar rienda suelta a mi creatividad, comenzó a nacer la poesía en mi. Así nació «28 Lunas», en forma de 28 poemas y relatos cortos donde está guardados todos mis sentires, mis emociones y lo que me mueve en el mundo.

La mirada a la naturaleza

No os creáis todos los cuentos que nos cuentan desde la infancia. Todos y cada uno de ellos, como dice la maravillosa cuentista que es Clarissa, no son auténticos. Ella ha recopilado todos los cuentos orales ancestrales que se han contado en las tradiciones de todas las culturas de norte a sur, de este a oeste del planeta y cantado en canciones desde tiempos inmemorables. Todos y cada uno de ellos han sido modificados, manipulados, cambiados a la imagen y semejanza de quienes nos temen, como a los lobos, queriendo coartar nuestra voz propia. Si tenéis la oportunidad de leer este grandiosa obra, bella y sensible, a la que os tendreis que enfrentar para poder seguir leyendo, descubriréis quienes sois realmente.

Entre otros cuentos encontraréis El patito feo y Las zapatillas rojas. Clarissa explica el verdadero mensaje que tenían estos cuentos en la tradición oral, los desmenuza, los desmenbra, los descuartiza. Cuando ha separado todas sus partes, sus arquetipos, sus lugares, sus sentires, nos comunica el verdadero mensaje, el que ha estado oculto durante siglos en ese cuento.

Ahora que he reconectado completamente con mi naturaleza salvaje, me siento en paz conmigo. Muchas de mis amistades, aunque me quieren mucho, sé que me siguen mirando sorprendidas cuando he dejado mi carrera profesional como abogada, cuando me he iniciado en proyectos un tanto locos, cuando aún sigo dejando algún trabajo porque me obligan a someterme a criterios totalmente contrarios a cualquier trabajador o ser humano. Cuando sigo manifestando mi opinión rebelde, bastante contraria a la corriente social que nos imponen. Cuando no me he conformado por seguir al lado de un compañero, que no sepa verme de verdad.

El hombre salvaje y sabio que sepa ver y apreciar la naturaleza salvaje de la mujer salvaje con la que se ha encontrado enfrente, será capaz de vivir una vida la mejores de la vidas que se pueda imaginar. Podrán retro-alimentándose mutuamente, equilibrarse, darse libertad, respeto, admiración, desde la comprensión de que como partes de un mismo todo, saben que sentir de maneras diferentes no es absolutamente nada negativo y que precisamente eso, es lo que les hace seres complementarios.

Luna de sangre